Hoy ha hablado por primera vez la hermana Juliana, la religiosa que fue repatriada de Liberia para escapar del ébola. Fue trasladada a España con máximas precauciones. Entonces no se sabía si Juliana estaba contagiada por el virus. Sí lo estaba su compañero de viaje, el sacerdote Miguel Pajares, que finalmente falleció. Juliana no contrajo el ébola pero permaneció 21 días hospitalizada en régimen de aislamiento.