La casa de Cleveland donde estuvieron secuestradas tres mujeres durante diez años ha sido demolida. El secuestrador, Ariel Castro, llegó a un acuerdo con la fiscalía y cedió su 'casa de los horrores' a un gestor de terrenos, a cambio de evitar la pena de muerte. Antes de la destrucción de la vivienda, los dos hijos del secuestrador, que vivieron su infancia encerrados y maltratados, volvieron a ella para recoger las pertenencias y objetos personales que aún quedaban en el interior. El responsable de las tres mujeres que fueron liberadas de su gran pesadilla el pasado 6 de mayo ha sido sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional por los numerosos delitos que ha llevado a cabo.