Silvestre Del Río prueba la plataforma que se ha vuelto a poner de moda entre niños y niñas de muy corta edad, Omegle.

El resultado es muy preocupante, ya que queda demostrado que se ha convertido en un videochat online de nueva pornografía, en la que se interactúa con personas desconocidas sin ningún tipo de registro ni identificación y cuya principal finalidad son las relaciones sexuales online.