La nueva ordenanza cívica de Palma ha salvado su penúltima votación antes de su aprobación definitiva en un pleno en el que ha vuelto a evidenciarse una brecha insalvable entre la izquierda y la derecha.

El trámite ha salido adelante con los votos del PP y Vox mientras en la plaza de Cort caravanistas, activistas por la vivienda y artistas de calle protestaban contra el texto. Los primeros, por la prohibición de residir en autocaravanas; los segundos, porque consideran que restringirá su actividad en la vía pública.