Tras el despliegue de la Policía Local del viernes en el barrio de Santa Catalina, tan anunciado que algunos locales de ocio prefirieron no abrir para no exponerse a sanciones, el desmadre, el descontrol y el vandalismo regresaron anoche, especialmente a la calle Sant Magí, donde hubo ruido hasta altas horas de la madrugadamúsica con exceso de decibeliosbotellón y consumo de alcohol en la calle para desesperación vecinal.

En la plaza del Vapor, la juerga nocturna y el habitual botellón añadió, además, episodios de vandalismo. Según el testimonio de vecinos, se arrancaron elementos de mobiliarioramas de arboles y se organizó una batalla campal con las naranjas arrancadas, que terminaron estampadas contra las fachadas, dejando esta mañana un panorama de basura y suciedad en toda la zona, que los servicios municipales de limpieza se han encargado a primera hora de retirar