El gerente del taller de restauración Xicaranda, Alfredo Claret, hace girar la manivela de las recién restauradas maçoles de Sant Nicolau. Es un instrumento estruendoso de percusión que cayó en desuso en toda España tras la renovación litúrgica del Vaticano II. «Del Jueves Santo al Domingo de Resurrección se percutían estas carracas o matracas en lugar de las campanas por respeto a Cristo, ya que el sonido del metal se consideraba demasiado festivo, con el fin de avisar a los fieles de los cultos», comenta. 

Los instrumentos que estaban en los campanarios eran de gran tamaño. «Hace no mucho se restauraron las maçoles de Sineu», señala. Las que están en las instalaciones de Xicaranda son más manejables, pesan en torno a unos 5 kilos y debían llevar una correa de piel, ya que hay restos en los costados, para poder cargarlas al hombro.