Existen tradiciones tan arraigadas que hay personas que se resisten a abandonarlas incluso en año de pandemia y restricciones sociales. Comer las uvas en la plaza de Cort de Palma con las personas queridas y dando la bienvenida al Año Nuevo es una de ellas. Y como esta noche no hay celebración por causa de fuerza mayor, las restricciones del coronavirus, un grupo de ciudadanos ha querido hoy adelantar el festejo doce horas.

A las doce del mediodía y ataviadas con indumentaria y accesorios para la ocasión, un grupo de tres jóvenes ha querido celebrar la llegada del Año Nuevo aprovechando las campanadas de las doce del mediodía de En Figuera, el reloj del Ayuntamiento de Palma, cumpliendo la tradición de comerse las doce uvas mientras el año agota sus últimos suspiros, aunque en realidad le quede todavía medio día.

A la celebración particular de este grupo de jóvenes se ha unido una pareja, menos ataviada con indumentaria y accesorios para la ocasión, pero con la misma ilusión de despedir 2020 como siempre lo han hecho, pero con una prudente antelación para no provocar peligrosas concentraciones sociales y cumplir con las restricciones.

Con la campanada número doce ha llegado el momento de jolgorio, los abrazos, los deseos de felicidad y los vivas al año 2021, que ya ha llegado, aunque sea para un reducido grupo de ciudadanos. Los demás tendrán que esperar un poco más.