Las flores se convirtieron en un elemento principal de las pinturas de Anglada-Camarasa tras la adquisición de la finca El Pinaret, en el puerto de Pollença, donde el pintor creó un gran jardín con plantas autóctonas y especies exóticas que él mismo cuidaba.

"Esta es una exposición que ofrece una nueva lectura alrededor de la colección de Anglada-Camarasa. El elemento central es el jardín que el pintor cultivó a partir de 1926", explica Arola Valls, comisaria de la exposición.