Una ciudad más segura, más limpia, con zonas verdes, con bancos, más cuidada y que sea «cuidadora» de quienes viven en ella. Es lo que reclama el urbanismo feminista y el proyecto llevado a cabo por Arquitectives, con subvención del Consell de Mallorca y que lleva por título La ciutat amb ulls de dona: cartografies emocionals de Palma.
