Prohibido acercarse a alguien a menos de dos metros, no tocarse la cara con las manos, evitar aglomeraciones en supermercados, ir solo en el coche y, quién sabe si dentro de poco, no mirar a los ojos de la gente. A qué me suena eso...

Algunos, la gestión de la crisis del coronavirus por parte del Gobierno español la sienten como una bofetada en toda la cara. Nadie habla de un golpe bajo. Eso son cosas serias y ya se sabe que la seriedad en la escena política actual está desaparecida. Golpes Bajos sí sabían hacer su oficio y además podían presumir de algo de lo que hoy carecemos: la libertad total. Germán Coppini y Teo Cardalda protagonizaron algunas de las páginas más brillantes del pop español de toda su historia, firmando canciones excitantes que han acabado siendo históricas, como esta No mires a los ojos de la gente.

Con este cambio radical de vida me estoy cuestionando muchas cosas. Al final, no sé si bajaré a la calle, como un borrego más, cuando esto acabe. En casa se está muy bien. La gente me da miedo, con tanta locura, compra desmesurada y comportamiento insolidario. “No salgas a la calle cuando hay gente. ¿Y si no vuelves? ¿Y si te pierdes?”, me advierte Coppini con su voz tan característica, tan teatral. ‘No me mires a los ojos de la gente’ se publicó en el primer trabajo del grupo vigués, un EP de cinco canciones, todas válidas en estos días de confinamiento: ‘Estoy enfermo’, ‘Lágrimas’, ‘Tendré que salir algún día’ o ‘Malos tiempos para la lírica’. Pues eso, que yo me quedo en casa, pero para siempre, con Golpes Bajos.