El planeta sigue en peligro. Gracias a la labor impagable de los colectivos conservacionistas, se ha descubierto una nueva especie amenazada. Los ecologistas denuncian la extinción de los cuadros a los que todavía no se han adherido como protesta. La escasez genera depresiones y estrés postraumático a los militantes que acuden a un museo para pegar las manos a una obra maestra.