Al entrar en contacto con el dirigente arbitral Enríquez Negreira, el Barça contrató la tarifa barata, que solo garantiza la imparcialidad de los colegiados mediante informes verbales, con algún que otro taco interpuesto y con una factura millonaria. 

Solo un club catarí, saudí o emiratí podría pagarse la opción de luxe, donde se va un paso más allá en el compromiso.