El escándalo de corrupción en el Parlamento Europeo está alcanzando cotas irrespirables. La presidencia de la cámara prometió mano dura y ha conseguido localizar en un plazo record a Guido Tortellini, el único eurodiputado que no ha cobrado de Qatar. Este corrupto puede ser acusado de resistencia a la malversación, un crimen abyecto que la cámara castiga con inhabilitación y cincuenta latigazos.