Para neutralizar las críticas a su reforma penal, Pedro Sánchez se compromete a condenar a mil españoles cada año con la nueva sedición.

El presidente del gobierno quiere demostrar que el cambio de delito obedece a una demanda social y que el formato elegido obtendrá mejores resultados que el anterior en número de condenados, a dierencia de la ley del "solo sí es sí".