En el último mes se han publicado dos millones de artículos sobre el estado mental de Putin, de los cuales un millón novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve llegan a la erudita conclusión de que el presidente ruso está loco, lo cual demuestra que la locura es contagiosa. Con tanta vigilancia cerebral, no es raro que el pobre hombre adopte decisiones descabelladas.