Ha surgido una tercera vía para desencallar el endiablado resultado de las elecciones en Castilla y León. Para evitar la imagen de sumisión a la ultraderecha moderada, el PP pedirá a Vox que vote al candidato popular y diga después que se ha equivocado. Tras lamentar el error, el maniquí Mañueco asumirá el cargo y nombrará vicepresidente secreto al cabeza de lista de Vox, para seguir disimulando.