Como cada 4 de febrero, se conmemora en todo el mundo el Día Mundial Contra el Cáncer. Una enfermedad de la que sabemos mucho y también de la que queda mucho por saber. Hablamos sobre ella con el Dr. Pablo Espejo, médico internista en Hospital Parque Llevant. 

¿Cómo ha sido la evolución del cáncer en los últimos años? ¿Se diagnostican más o menos casos? 

Parece ser que en la era industrial y postindustrial se ha producido un incremento de la incidencia del cáncer. Esto sería una consecuencia lógica de la aparición en el medio ambiente de generadores cancerígenos con los que entramos en contacto y que de manera natural no estarían ahí. El envejecimiento de la población que ha tenido lugar en nuestro tiempo es otro factor que crea por sí mismo el aumento de la aparición de cánceres. A pesar de esto, a la hora de analizar este aumento de la incidencia también hay que tener en cuenta el hecho de que con toda certeza cada vez se diagnostican más cánceres que antes como resultado del conocimiento adquirido, las pruebas diagnósticas descubiertas y los programas de cribado. Sin embargo, en los países desarrollados, paralelamente se está consiguiendo una reducción de la mortalidad del cáncer, como resultado de los programas de prevención, reducción de la tasa de fumadores, por ejemplo, cribado y también por el avance en el tratamiento.  

¿Cuáles son actualmente los tipos de cáncer más diagnosticados? ¿Han cambiado a lo largo de la historia?

El tipo de cáncer prevalente depende de qué región del mundo analicemos. Si nos referimos a Asia, se produce en ese continente una gran incidencia de cáncer hepático y además en personas jóvenes, como consecuencia de la alta tasa de infección por VHB (Virus de la hepatitis B) que allí se produce. Otros ejemplos serían el cáncer gástrico que es frecuente en China, o el de mama en Occidente. En países desarrollados como el nuestro, además del cáncer de mama, los más prevalentes son el de colon para las mujeres y pulmón, próstata y colon para los hombres. Ciertamente podemos pensar que si que cambia la incidencia de diferentes cánceres según los hábitos sociales, o los elementos medioambientales que van apareciendo.

¿Cuáles son las nuevas estrategias contra el cáncer? 

El manejo del cáncer ha cambiado sustancialmente en pocas décadas. Con el despliegue del potencial investigador de muchos países y el avance en las técnicas moleculares se ha descubierto mucho sobre los mecanismos subyacentes en el nacimiento y perpetuación de la neoplasia. Y con ello se ha conseguido dirigir el diseño del tratamiento a las dianas terapéuticas descubiertas. Además de esto los programas de cribado (screening) han contribuido a detectar algunos cánceres en fase temprana, más tratable. Mirando hacia el futuro más inmediato el paradigma de tratamiento está en las “terapias dirigidas” a eslabones concretos en el desarrollo molecular de un cáncer. En concreto, es en la inmunoterapia donde se está invirtiendo esfuerzo para hallar caminos de control de los cánceres. En la inmunoterapia se reorienta o capacita a nuestro propio sistema inmune, al cual se le han escapado estas células tumorales, que de manera natural debería haber eliminado. Esta intervención mediante “terapias dirigidas” hace que a veces un mismo tratamiento sirva para tipos de cáncer que aparentemente no tienen nada que ver, pero que comparten ese eslabón (que es donde actúa el tratamiento) a nivel molecular, como sería el caso de la Leucemia mielógena crónica (LMC) y el Tumor del Estroma Gastrointestinal (GIST), por ejemplo.

¿Por qué es tan difícil encontrar una vacuna para una enfermedad tan antigua? 

El cáncer no es una enfermedad única, sino muchas, tantas como cánceres diferentes hay, más de 200. Cada una de esas enfermedades tiene unas causas y un mecanismo que la origina y aunque comparten caminos moleculares de formación y mantenimiento, tienen comportamientos diferentes y también diferentes susceptibilidades para ser atacadas. Además el cáncer desarrolla mecanismos de escape de los tratamientos (similar a la resistencia a los antimicrobianos por las bacterias) y aunque se desarrolle un tratamiento para una diana terapéutica concreta, la alta tasa de mutaciones de las células cancerosas hace que aparezcan nuevos mecanismos en esa célula que le permiten sustraerse de la acción de esos medicamentos. Se ha intentado desarrollar vacunas, sin mucho éxito. Esto es debido a la desbocada carrera de mutaciones que se producen en el ADN (genes) de estas células cancerosas y que para cuando se ha creado una diana donde atacarlas (una proteína expresada) mediante el sistema inmune sensibilizado por la vacuna, esa célula cancerosa ya ha cambiado esa diana. Las vacunas que de momento tienen sentido en el manejo del cáncer son las que previenen infecciones que pueden dar lugar a la aparición de este, como son el virus del papiloma o el de la hepatitis B.

¿Cuál suele ser la reacción de un paciente ante la noticia de que padece cáncer? 

El cáncer es una conmoción de alto impacto en la vida de una persona y su familia. La manera de reaccionar es variable. Tan variable como hay caracteres diferentes y personas. No es infrecuente ver que la persona en un primer momento no quiere mirar de frente lo que el diagnóstico representa, esto sobre todo en gente mayor. Con frecuencia también es la familia cercana la que queda más tocada y a veces incluso es la persona que lo sufre que ha de sobreponerse para confortar a los de su entorno. Probablemente las personas jóvenes muestran miedo a morir y en cambio las de edad avanzada lo hacen a sufrir.

¿Podemos hacer nosotros algo individualmente para prevenirlo?

Sí, mucho. A nivel individual y a nivel colectivo. La OMS calcula que el 30-50% del volumen de cáncer sería evitable. Aunque en la base del cáncer esté el envejecimiento de los tejidos y haya factores genéticos que lo originan o crean susceptibilidad a padecerlo, en muchos cánceres una parte muy importante en su aparición depende de factores ambientales, sobre algunos de los cuales podemos ejercer control o influencia como persona individual o a nivel colectivo. Factores clave serían claramente la alimentación y la exposición a factores cancerígenos (tabaco), el deterioro y la polución del medio en que vivimos. Estos factores incluirían: tabaco, exceso de peso/obesidad, alimentos inadecuados, inactividad, alcohol, contaminación atmosférica, el uso doméstico de biocombustibles (en India por ejemplo). También problemas infecciosos que están en el origen del cáncer serían otro campo de actuación en la prevención: Helicobacter pylori (cáncer gástrico); HPV (el virus del papiloma en el cáncer de cuello uterino); los virus de la hepatitis (cáncer hepático). En este punto cabría hacer una reflexión sobre el hecho de que la realidad del cáncer es muy diferente dependiendo de factores tan claros como la renta per cápita de la parte del mundo en que se sufre.