Este miércoles, Google ha inaugurado en Madrid su nueva nube regional para el sur de Europa, unos servicios con los que busca mejorar la conectividad, almacenamiento y gestión de datos de las empresas nacionales.

La multinacional tecnológica californiana ha invertido unos 600 millones de euros en el despliegue de esta nube, que se apoya en tres centros de datos ubicados en la Comunidad de Madrid. Según ha explicado Isaac Hernández, jefe de Google Cloud en España, esto permitirá a los usuarios "determinar que la mayor parte de los servicios se ejecuten única y exclusivamente en Madrid y por lo tanto no salgan del territorio nacional". Los usuarios de este servicio son mayoritariamente grandes empresas como BBVA o Carrefour.

La región de nube inaugurada hoy en Madrid se suma a las otras 32 que Google ya tiene repartidas por el mundo. Esta red de centros de datos es la que permite a la compañía acelerar la velocidad de conexión a internet de sus clientes, así como garantizar una gestión privada de los datos y su almacenamiento en territorio nacional.

Los servicios de Google Cloud van más allá. Una mayor conexión a la red permite a las empresas que usan esta nube pública no solo mejorar sus servicios, sino también empezar a automatizar procesos, así como impulsar sistemas de inteligencia artificial o de aprendizaje automático. Ambas funciones requieren de tanta potencia informática que las empresas necesitan acudir a servicios en la nube que ofrecen gigantes tecnológicos como Google, Amazon y Microsoft. Estas tres empresas, presentes en España, dominan el mercado de la computación en la nube.

La región, construida con el apoyo de Telefónica, asegura las "máximas garantías de seguridad" que exige la administración española para operar servicios en la nube. El Centro Criptológico Nacional, adscrito a los servicios de inteligencia nacionales, han aplaudido la seguridad de la infraestructura de Google y ha pedido a la administración pública trabajar codo a codo con la compañía.

Impacto económico

El desembarco de Google en España estaba anunciado desde 2020. Entonces, se explicó que el despliegue de esa infraestructura buscaba "agilizar la recuperación y apuntalar el crecimiento económico" del país. Ahora, un informe de la consultora Implement Economics, encargado por la multinacional, señala que puede tener un impacto de hasta 1.200 millones de euros en el producto interior bruto (PIB) español, así como suponer la creación de 10.000 nuevos empleos al año.