Apple planea romper con su tradición y presentar en marzo un nuevo iPhone, aunque no será el iPhone 7, sino un modelo que pretende ser el sucesor del 5S y que podría bautizarse con el 5SE, una especie de 'iPhone mini'.

Este nuevo modelo tendrá una pantalla de 4 pulgadas e integraría algunos de los avances del iPhone 6, como el lector de huellas dactilares Touch ID o el sistema Live Photos, y una cámara trasera de 8 megapíxeles. Los rumores apuntan a que podría incluso incluir el mismo procesador que el iPhone 6, y que tendrá versiones de en 16 GB y 64 GB.

El móvil estará construido con bordes redondeados en policarbonato, un material que también se ha usado en los teléfonos de alta gama más recientes.

Respecto al precio, aunque no se conoce oficialmente, podría oscilar entre los 450 y los 500 euros, más barato que sus últimos modelos. Con este menor coste, Apple buscará relanzar sus ventas, después de que los últimos datos, pese a su récord de ingresos en un trimestre, apuntasen a un estancamiento en la compra de sus modelos de smartphones.