Los teléfonos inteligentes son cada vez más una prolongación de nuestro propio ser. Estamos continuamente con él en la mano, y las infinitas opciones de ocio y trabajo que ofrecen están haciendo que prácticamente no podamos vivir sin ellos. Si a esto le añadimos el tremendo auge de la 'movilgrafía' -fotografía con el móvil- está claro que la actual batalla en el sector está más centrada en las cámaras que en otras características.

Con todo esto en mente, la coreana LG ha lanzado al mercado su último producto de gama alta, un smartphone que se distingue por su parte trasera en piel y por una cámara fotográfica que rompe con todos los esquemas.

Los lectores más fieles de esta sección saben perfectamente que somos más de hablar de la experiencia de usuario que de características técnicas. Por esa razón, si quieres saber toda la cacharrería que el G4 lleva en su interior, mejor haces click aquí y dejas de leer.

Ahora bien, si quieres saber de primera mano lo que se siente al usar esta maravilla tecnológica, al tenerla en tus manos y acariciar su maravillosa tapa de piel y su pantalla quántica, entonces sigue leyendo€

Destaca en primer lugar su parte trasera. El modelo que hemos probado incorpora una tapa de piel que, todo hay que decirlo, realmente bien confeccionada y cosida. Hasta ahora habíamos visto tímidos intentos de hacer cosas similar en otros dispositivos, pero nunca con piel auténtica. LG lo ha conseguido. Y debo decir que la sensación es sumamente agradable. Agradable y segura, ya que esa rugosidad propia de la piel le confiere al teléfono un agarre muy de agradecer, sobre todo ahora que se acerca el verano y con el los sudores dactilares.

El mejor procesador del momento

La elección del procesador ha sido una jugada maestra por parte de LG. En la actualidad, la bestia parda de los procesadores es el Qualcomm Snapdragon 810, pero todos en la industria saben de esa malsana propensión que tiene al sobrecalentamiento. Y es que, lo que queremos llevar en el bolsillo es un teléfono móvil y no un hervidor de agua. Debido a ello, LG decidió que en su nuevo teléfono de gama alta montarían el segundo de la clase, el Snapdragon 808, ligeramente menos potente pero infinitamente más fiable. Y fresquito. La maniobra les ha salido redonda. Un teléfono que puede con todo -incluso graba vídeo en 4K sin inmutarse- y que difícilmente se calienta más de lo necesario.

Ese procesador es, además, necesario para poder sacar todo el potencial a una pantalla de cinco pulgadas y media que es una auténtica delicia. Su tecnología IPS Quantum Display consigue una profundidad de color y un contraste realmente sorprendentes. Pese a ello hay que resaltar que tal vez en exteriores muy iluminados, la pantalla no llegue al deslumbrante brillo de la del Samsung Galaxy S6, pero se le acerca mucho.

Una cámara superior

Pero el hecho diferencial de este dispositivo lo encontramos en su cámara principal. Y es que, por primera vez nos encontramos ante un móvil cuya cámara puede configurarse manualmente de serie, sin necesidad de aplicaciones de terceros, y que además es capaz de hacer fotos en formato RAW. Parámetros como la temperatura de color, la sobreexposición, el balance de blancos, la velocidad del obturador o la sensibilidad ISO se pueden configurar manualmente mientras vemos en la pantalla y en tiempo real los cambios en función de los parámetros que estemos cambiando. Una cámara única que dará mucho juego, sin duda.

Pero también tiene cosas mejorables. Quizás el diseño sea un poco espartano -excepto por el detalle de las tapas de cuero- y los bordes de plástico -aunque parezca metal- son ligeramente resbaladizos. Tal vez en un teléfono que parte de los 650 € -en su versión 'normal'- y que se pone en 690 € si queremos la tapa de piel deberían haber cuidado más los detalles estilísticos del 'envoltorio'.

Pese a todo ello, estamos ante un móvil sorprendente, muy bien concebido y con detalles que lo hacen único. Un gama alta del que volveremos a hablar con toda seguridad ya que nos ha quedado pendiente la opinión de los expertos sobre esa prodigiosa cámara fotográfica. Y ya aviso de que no dejará indiferente a nadie.