La ropa inteligente cada vez está más cerca de nosotros. Con el auge del internet de las cosas, los objetos cotidianos cada día tienden más a estar interconectados, y la ropa no es una excepción. Desde pulseras y relojes que recopilan información sobre el ritmo cardiaco de los usuarios, a calzado con GPS incorporado que nos permita monitorizar y compartir recorridos, pañales con sensores de humedad o las famosas gafas Google Glass. La amplitud del abanico de posibilidades es inmensa.

La aparición de estos nuevos dispositivos, hace que compañías de ambas industrias creen alianzas estratégicas. Noticias recientes nos informan de que Telefónica ha mantenido negociaciones con varias cadenas de moda, entre ellas Inditex, para diseñar y distribuir productos inteligentes incorporados en nuestras prendas.

Pero estas no son las únicas, otras compañías, como Samsung, Sony, LG o Nokia, dejaron claro en el Mobile World Congress de Barcelona su interés por la creación de esta tecnología. Estos acuerdos nos permitirán realizar acciones como manejar el móvil sin sacarlo del bolsillo o recibir notificaciones de nuestras redes sociales a través de dispositivos como la Smart Band, una pulsera desarrollada por Sony.

La empresa Innovalley, fundada por el catalán Xavier Verdaguer y establecida en San Francisco, proporciona la tecnología a marcas de ropa y accesorios para que las incorporen a sus productos. De esta empresa han surgido productos como zapatos que vibran para indicarnos el camino correcto, un bolso que recarga dispositivos móviles mediante paneles solares y un casco de moto que permite obtener información variada.

Esta moda inteligente se nutre, entre otros sectores, de la nanotecnología textil, un área englobada dentro del diseño de los materiales consistente en fusionar los tejidos convencionales con tecnología de dimensiones reducidas permitiendo modificar sus propiedades, tanto químicas como físicas, y proporcionar novedosos productos.

La nanotecnología aplicada al sector textil posibilitará grandes avances y podrá crear tejidos que cambien el color de las prendas, que respondan al ambiente de manera automática atenuando los cambios de temperatura, trajes de baño que se sequen instantáneamente y telas que no se manchen. En algunos casos, se combina la nanotecnología textil con la microelectrónica, añadiendo sensores para diversas funcionalidades.

Los últimos avances tecnológicos en este área de la microelectrónica es el desarrollo por parte de un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte de un sensor flexible ultra delgado que puede estirarse hasta un 150% sin perder funcionalidad y que puede ser colocado tanto en la ropa como directamente sobre la piel.

Esto permite obtener información bioeléctrica del cuerpo humano. Podemos permitirnos crear nuestra propia ropa inteligente por algo más de 100 euros utilizando el Kit Freescale WaRP, una versión mejorada del ordenador RaspBerry Pi para incorporar a tejidos, diseñado por Robotics y Kynetics. Como se puede apreciar, la cantidad de aplicaciones es ilimitada. Se puede aplicar a campos médicos, deportivos o, simplemente, a mejorar su estética y comodidad.