Debo reconocer que cuando uno va a BlizzCon va con un poco de precaución ante lo que se encontrará. Y es que esta no es una convención más. Esta reunión que desde 2005 organiza Blizzard en Los Ángeles es posiblemente una de las más impactantes que existen en el panorama internacional. Si te hablo de títulos como World of Warcraft, Starcraft o Diablo seguro que sabes de quienes estoy hablando, pero lo que no sabes es que estos videojuegos son toda una forma de vida para personas de todo el mundo.

La convención, a la que este año han asistido 26.000 personas, es un evento único. Apasionados jóvenes -y no tan jóvenes- asisten disfrazados de sus personajes favoritos al evento, para mostrarse a otros jóvenes igual de apasionados su arte. La cita se ha ido convirtiendo con los años en lugar de peregrinaje para jugadores de todo el mundo, que asisten a la población de Anaheim a conocer a sus compañeros de batalla, a los que tan solo se han imaginado hasta ese momento a través del propio videojuego. La pasión llega hasta tal punto que ya han sido varias las peticiones de mano que se han producido a lo largo de los últimos años en plena BlizzCon. La última, sin ir más lejos, fue este pasado fin de semana y en plena competición de disfraces, con inesperado cartel de por medio.

Pero en realidad BlizzCon es una reunión de gente enloquecida por su videojuego favorito que quiere probar lo último que está por llegar. Allí se ha podido jugar, por primera vez, a la nueva expansión de World of Warcraft, cuyo nombre es Warlords of Draenor, una expansión que supondrá un antes y un después en la historia de este juego que ya disfrutan millones de personas en todo el planeta.

Deporte electrónico

Starcraft es un título que merece un capítulo aparte, tal vez incluso un Cyberdiario aparte. Este superventas, que ha llegado al estatus de deporte nacional en países como Corea del Sur, es el único en el mundo capaz de reunir a millones de jugadores compitiendo por ser el mejor. Y es que no es para menos, ya que el jugoso premio final de 74.500 € bien merece un pequeño esfuerzo y, por qué no, incluso sacrificio. Eso debió pensar el coreano Kim ´sOs´ Yoo Jin que se alzó con la victoria final del campeonato mundial, retransmitido por televisión para toda Corea y otros países asiáticos. Tal es la importancia del torneo, y de su 1.200.000 euros en premios. Casi nada.

Los jugadores de Starcraft llegan a ser considerados auténticos dioses del deporte, en este caso electrónico. Es lo que se denomina eSports, y los más importantes jugadores tienen estatus de estrellas, como si estuviéramos ante el Messi o el Cristiano Ronaldo digital.

No cabe duda de que los videojuegos son cada vez más importantes en nuestras vidas, y mientras haya títulos y apasionados jugadores como estos, seguirá siendo así.