Con las cifras de ventas en la mano, la guerra entre Apple y Samsung parece tener, a día de hoy, un claro vencedor. Según los datos de Strategy Analytics, entre abril y julio de este año, se han vendido cerca de 230 millones de smartphone en todo el mundo, de los cuales 76 millones son terminales de Samsung (56%) y 31,2 millones lo son de Apple. El resto del pastel se lo reparten LG con 12,1 millones, 11,5 millones para ZTE y 11,1 millones para Huawei.

Pero la lucha por ocupar el trono de vencedor no solo se bate en los mercados. Los tribunales se están convirtiendo en el escenario de las más duras batallas y el objetivo no es otro que las patentes.

Primer asalto

La guerra comenzó en abril de 2011 cuando la compañía de la manzana denunció a Samsung por haberles copiado el iPhone y el iPad. La empresa coreana respondió con una demanda en la que acusaba a su competidor de infringir sus patentes de software.

Fue en agosto de 2012 cuando un jurado de California falló a favor de Apple y ordenó a Samsung el pago de más de mil millones de dólares aunque, poco después, se redujo esa cifra a 450 millones. Ambas empresas han apelado el fallo por lo que habrá que esperar para conocer al ganador final.

Segundo asalto

Pocos meses después, en junio de 2011, las dos compañías volvieron a verse las caras en los juzgados. En esta ocasión, era Samsung la que demandaba a Apple por violación de patentes de algunos dispositivos como iPhone 3 y 4 y las tabletas iPad y iPad 2.

El fallo se dio a conocer el junio de 2013, siendo Samsung la ganadora de esta segunda batalla legal. En la sentencia, la Comisión Internacional de Comercio prohibía a Apple vender estos dispositivos en EEUU, unos dispositivos que ya estaban obsoletos por lo que el daño no fue muy cuantioso para la compañía.

Tercer asalto

Tan solo una semana más tarde, Apple volvió a los juzgados parar demandar a su contrincante por caer en varias infracciones vinculadas al el diseño del hardware del iPhone. Este asalto aún no se ha resuelto, y la batalla tampoco porque en febrero de este mismo año, Apple presentó de nuevo otra demanda en la que acusaba a Samsung de infringir los modelos de utilidad de sus productos.

¿Guerra sin cuartel?

Los dos gigantes tecnológicos seguirán a buen seguro con su lucha en los tribunales. Sin embargo, no hay que olvidar que Apple depende de Samsung en lo que a fabricación de componentes se refiere, aunque la compañía de la manzana está poniendo todos sus esfuerzos en terminar con esta dependencia.

En septiembre de este año, Apple anunciaba que la compañía coreana solo fabricaría el 40% del chip A8 necesario para sus dispositivos dándole parte de su producción a Taiwán Semiconductor Manufacturing Co. Una de las razones por las que Apple ha permitido que Samsung fabricara sus chips hasta la fecha es porque es la única empresa capaz de cubrir el volumen de fabricación que necesita Apple para los iPhone. Además, esperan que para el futuro chip A9, la compañía no dependa en absoluto de la surcoreana.

Hace unos días, Samsung ofrecía a Apple una tregua de cinco años en la guerra de patentes cuyo objetivo era librarse de una fuerte multa de Bruselas por abuso de posición dominante.