Los responsables de medio ambiente del Gobierno comunista regional aseguraron que la decisión de prohibir estas actividades como la extracción de mercurio y arsénico, obedece a la grave contaminación de los recursos hídricos que causan.

Las minas de turba y oro han ocasionado en los últimos años graves daños a praderas y ríos de la región autónoma del Tíbet, según recordaron los citados responsables.

El director de Tierra y Recursos de la región autónoma, Wang Baosheng, señaló que esta prohibición forma parte de un plan de protección medioambiental en preparación para preservar los recursos mineros tibetanos.

En el Tíbet, región escasamente poblada (dos habitantes por kilómetro cuadrado) y enormes recursos naturales, existe el temor de que la apertura del primer tren del Techo del Mundo, inaugurado el pasado año, cause un aumento incontrolado de las actividades mineras en la zona.

Grupos independentistas como Free Tibet Campaign o el Gobierno en el exilio liderado por el Dalai Lama acusan a Pekín de haber construido la línea férrea, la más alta del mundo, con el fin de aumentar la explotación "colonial" del Tíbet, centrándose más en la extracción de sus recursos que en el bienestar de la población.

La tercera parte de la meseta de Qinghai-Tíbet son zonas naturales protegidas por el Estado chino.