Don Juan Carlos posee el Toisón desde que se lo otorgara su padre, Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona, en 1941.

Las dos primeras órdenes que concedió el Rey, en 1977, fueron para Nicolás Cotoner y Cotoner, marqués de Mondéjar, y para Torcuato Fernández-Miranda y Hevia, duque de Fernández Miranda.

Cuatro años después, en 1981, serían el escritor José María Pemán y el Príncipe de Asturias, heredero de la Corona, quienes la recibirían, mientras que en 1993 sería Beltrán Osorio y Díez de Rivera, Duque de Alburquerque.

El Toisón se concede a título personal, no es hereditario ni transmisible y las insignias, debidamente numeradas, son propiedad de la Orden y deben ser devueltas a la misma tras el fallecimiento del titular. A partir de 1985 la Orden dejó de ser exclusivamente masculina.

Entre las personalidades extranjeras que fueron distinguidas por el Rey con el Toisón figuran los nombres de Carlos Gustavo de Suecia y el Gran Duque Juan I de Luxemburgo (1983); Olav V de Noruega (1984); Akihito de Japón, Hussein de Jordania, Beatriz I de los Países Bajos y Margarita II de Dinamarca (1985) e Isabel II de Inglaterra (1988).

Alberto II de los Belgas (1994); Harald de Noruega (1996); Simeón Sajonia-Coburgo (2004); Bhumibol Adulyadej de Tailandia (2006) y el Gran Duque Enrique de Luxemburgo (2007).

La orden fue fundada en Brujas en 1429 por Felipe el Bueno, duque de Borgoña, con motivo de su matrimonio con Isabel de Portugal, para "honrar a cuantos por sus hechos hayan sido, son y sean en lo venidero dignos de reconocimiento".

La insignia del Toisón (vellocino) consiste en un gran collar de oro, con las armas del duque de Borgoña, compuesto de eslabones dobles en forma de B, entrelazados con pedernales echando llamas.

Del collar pende un carnero de oro, alusión al vellocino de oro de la mitología clásica y al carnero de Gedeón.

El Toisón nació como una orden de Caballería cuya soberanía quedaba unida perpetuamente al titular de la dinastía Borgoñona y, extinguida ésta, a sus legítimos herederos.

Los herederos son, desde el siglo XVI, los monarcas españoles debido al matrimonio del archiduque Felipe el Hermoso, duque de Borgoña, primogénito de la duquesa María y de Maximiliano de Austria, con doña Juana de Aragón y Castilla, padres de Carlos I de España.

Con el paso del tiempo, las primitivas constituciones del Toisón de Oro fueron evolucionando en la orden española, modificándose sus arcaicas normas aunque sin perder de vista la tradición.

En este sentido, se dispuso oficialmente que para obtener el Toisón no se precisaba condición nobiliaria ni una religión específica sino talento y nobleza de espíritu.