Marcellán y los directivos y miembros del Observatorio, principal organismo mundial de ámbito europeo en el campo de la astrofísica, asisten hoy y mañana en Barcelona a la 110 reunión del Consejo del ESO, en el que, por primera vez, España participa como miembro de pleno derecho.

El desembolso de más de 54 millones de euros y alguna otra aportación "en especie" han permitido a España incorporarse a este potente organismo internacional, que se creó en 1962 y del que ya forman parte otros once países europeos, como son Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza.

Marcellán ha destacado que con esta adhesión, que se produce después años de negociación y de una larga reivindicación del mundo científico, "España se coloca a la vanguardia de la ciencia" y sitúa a sus investigadores, en especial a los astrónomos y astrofísicos, en "el lugar que se merecen" a escala internacional.

"España, en el ESO, sale ganando, ya que se va a potenciar el papel de la ciencia que hacen los investigadores españoles, pero también porque se va a atraer a científicos extranjeros", ha explicado el responsable de Política Científica y Tecnológica, que ha recordado que "el 6% de la astronomía mundial se produce en el país".

El Observatorio Europeo Austral dispone de dos de los observatorios más potentes que operan en la actualidad, ambos ubicados en Chile, país que eligió como base de sus instalaciones por las "privilegiadas" condiciones atmosféricas de que dispone y su estabilidad político-económica.

Estos observatorios son el de La Silla, ubicado a unos 600 kilómetros al norte de Santiago de Chile y a 2.400 metros de altitud, y el de El Paranal, que se encuentra en el mejor lugar conocido para la observación atmosférica en el hemisferio sur.

El ESO participa además en ambiciosos proyectos, como la construcción del Gran Conjunto de Radiotelescopios de Atacama (ALMA), también en Chile, y el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT), actualmente en fase de estudio, y que presumiblemente alcanzará los cuarenta metros de diámetro.

Gracias a la adhesión de España al ESO, los cerca de 500 astrónomos que trabajan aquí podrán acceder a las instalaciones chilenas del Observatorio, mientras que la comunidad científica internacional podrá utilizar "determinadas noches del año" el observatorio del Gran Telescopio de Canarias (Grantecán).

La directora general del Observatorio Europeo Austral, Catherine Cesarsky, ha expresado su satisfacción por el ingreso de España, país, ha destacado, que "en pocas décadas ha pasado a jugar un papel importante" en el campo de la astronomía, hasta el punto de que el 5% de los artículos científicos que se publican cada año en todo el mundo están firmados por investigadores españoles.

Las aportaciones de los estados miembros al presupuesto anual de ESO, que es de 121 millones de euros, se realizan en proporción a su Producto Interior Bruto (PIB), y España representa algo más del 9%, con lo que contribuirá anualmente con 11 millones de euros, según ha indicado Francisco Marcellán.

El secretario general ha remarcado que "la política científica da identidad al país" y que España tiene que estar "orgullosa" de sus científicos y sus instalaciones.

"Sólo así se puede hacer que España se convierta en un referente científico a escala internacional", ha subrayado Marcellán.