Con el calor, los problemas frecuentes en la consulta de un pediatra distan mucho de los habituales en otras épocas del año. Con la temporada de piscinas aún vigente, aparecen en nuestra puerta niños a los que les duele el oído. Son prte de una larga fila.

Los problemas en la piel también se multiplican. Acuden mamás preocupadas por la aparición de manchas blancas en la piel o pequeños granitos que han surgido de la nada.

Aquí trataremos de resumir de forma simplificada cuáles son estos problemas frecuentes que acompañan al estío y cómo manejarlos.

Otitis externa

Hace 15 días se nos hablaba sobre ella en estas mismas páginas. No obstante, dada su importancia, recalcaremos los conceptos clave.

Es un proceso producido por una infección de la piel del conducto auditivo externo, siendo más frecuente en niños que pasan mucho tiempo buceando.

El síntoma principal es el dolor de oído, que puede llegar a ser tan intenso que el mero roce del pabellón auricular lo desencadene. La presión de la parte anterior del oído permite valorar el llamado signo del trago, cuya positividad es muy sugerente de esta patología.

La visualización interna del oído muestra, con frecuencia, un conducto estrechado y con restos de una secreción blanquecina, lo que apoyará el diagnóstico de sospecha.

Su tratamiento se basa en la aplicación de unas gotas de antibiótico en el oído, manteniendo el mismo completamente seco durante al menos una semana, pues es una infección que cura en seco. No es recomendable colocar tapones, algodones ni otros objetos que impidan que el oído se airee correctamente.

Tras la curación completa, y con objeto de prevenir, se podrían usar orejeras o tapones para bucear. Asimismo, se puede aplicar una solución secante de alcohol boricado tras cada baño, existiendo algunos preparados comerciales en spray como Dryotix.

Pitiriasis alba

Se trata de un proceso completamente benigno caracterizado por la aparición de unas pequeñas manchas blanquecinas que frecuentemente se localizan en la cara o raíz de extremidades.

Se trata de una consulta típica del verano, pues estas manchas destacan mucho más cuando los niños comienzan a broncearse. No obstante, cabe explicar a los padres que las mismas están presentes todo el año y son debidas a sequedad cutánea.

Sin duda, la principal preocupación y motivo de consulta es saber si se trata de hongos. Sin embargo, a diferencia de éstos, la pitiriasis alba no presenta descamación de las lesiones y no precisa tratamiento antifúngico.

Su tratamiento radica en la protección solar y la hidratación diarias de la piel.

Sudamina

Se presenta como pequeños granitos del tamaño de la cabeza de un alfiler que surgen sobre todo con el inicio del calor, pues se deben a la obstrucción de las glándulas del sudor, siendo más frecuentes en menores de 1 año.

Se localiza típicamente en cara, cuello, pecho, espalda y flexuras de brazos y piernas.

Para prevenir su aparición hay que evitar abrigar en exceso a los niños, mantener una higiene adecuada e hidratar correctamente la piel, existiendo lociones secantes para casos más intensos.

Y, por supuesto, aquí faltan las picaduras, que ya fueron motivo de un artículo a principios de verano.