El efecto del orgasmo es una de las mejores sensaciones que se producen en nuestro cuerpo y algo de lo que el ser humano nunca se cansa de experimentar. Esas percepciones únicas producen sentidos que no se dan con ninguna otra actividad humana.

Aunque no es la única finalidad del sexo, resulta una parte fundamental del placer, pues produce una liberación de la hormona del amor y, en otras cosas, un orgasmo consigue subir las defensas y liberar el estrés, por lo que los beneficios van más allá del puro placer que se produce en el momento. También afecta al cerebro, perjudicando, por ejemplo, a la toma de decisiones si hubiera que hacerlo justo después.

Según los expertos, existen hasta siete tipos de orgasmos, y algunas de las cosas sorprendentes que provocan son las siguientes:

El cuerpo se hincha

En el caso de las mujeres, aunque muchas veces no se note, algunas partes del cuerpo se hinchan en el clímax, como los pechos -25%- o la propia vagina, por la cantidad de sangre acumulada.Resistencia al dolor

Las hormonas que se liberan actúan como analgésico, de manera que se aumenta la tolerancia al dolor. Esto es debido a que las contracciones del útero provocan mayor actividad en la circulación de la sangre.Aumento de las pulsaciones

Evidentemente, en el momento del orgasmo, la respiración actúa a mucho mayor ritmo, aumentado las pulsaciones, por lo que practicar sexo supone una cierta actividad aeróbica.

Felicidad

Después del orgasmo, la persona se siente mucho más feliz, no por haber tenido sexo, sino que tiene una explicación química, gracias a la liberación de la oxitocina, la hormona de la felicidad y el amor.Actividad del cerebro

En el momento culmen de la relación sexual, el cerebro también experimenta sensaciones diferentes. Las regiones que monitorean la ansiedad y el miedo funcionan más despacio e, incluso, durante un pequeño momento se crea una especie de espasmo, que no es más que una consecuencia de una máxima relajación.

Abstracción

Una de las sensaciones que produce el orgasmo es que nos centramos únicamente en ello, es decir, en ese momento concreto, existen ruidos que no oímos, y objetos que podríamos no apreciar. Incluso, nos abstraemos de tal manera que no consideramos lo que la otra persona pueda pensar sobre nuestros gemidos o gestos.

Más cariño

Inmediatamente después de haber disfrutado, nos invade una sensación de mayor cariño. Por ello, es habitual los abrazos tras el acto sexual. No es por estar locos de amor, sino porque la oxitocina conduce a sensaciones de confianza y apertura emocional.

Escalofríos

Después de tener mucho calor durante el tiempo que dura el acto sexual producido por la excitación del cuerpo, en el momento del clímax es posible que se experimente un pequeño escalofrío, ya que justo en ese momento disminuye la temperatura corporal, efecto acompañado por la aceleración del flujo de sangre y los latidos del corazón.

Calambres

Especialmente en los pies, pero también en otras partes del cuerpo, durante el orgasmo de tu pareja podrás notar que se produce algún espasmo, algo producido por la liberación repentina de la energía, que durante el acto ha estado concentrada en los genitales. En el clímax se pierde el control del cuerpo por un momento, por lo que pueden darse movimientos bruscos y torpes.

Arrugas en los pechos

Un efecto sorprendente que puede ocurrir inmediatamente después del orgasmo es el de las arrugas en la aureola de los pechos de las mujeres, producido por el rápido desentumecimiento de la congestión que provoca la caída de la excitación. Sin embargo, no hay que preocuparse, pues se trata de algo pasajero.