Los estudios clínicos realizados hasta la fecha sugieren que las personas jóvenes -con un sistema inmunitario más activo- suelen experimentar efectos adversos más intensos que las mayores. Las vacunas de ARNm (como Pfizer y Moderna) suelen despertar más malestar tras la segunda dosis, mientras que AstraZeneca suscita más reacciones adversas tras el primer pinchazo. 

En todo caso, la vacuna contra el coronavirus es nueva, así que habrá que esperar un tiempo para llegar a conclusiones más determinantes. La realidad constata que hay personas inyectadas con la segunda dosis que no tienen ni un ligero dolor de cabeza y otras, que necesitan un día de descanso para reponerse del malestar. Lo mejor es tener paracetamol a mano. Si los efectos persisten o se ponen muy serios, hay que llamar a los servicios de salud. El Ministerio de Sanidad también ha habilitado una web, www.notificaRAM.es para que cualquier ciudadano o sanitario pueda notificar efectos adversos.

Hasta el 30 de mayo de 2021, se habían administrado en España 26.227.825 dosis de vacunas y se habían registrado 24.491 notificaciones de "acontecimientos adversos", según se especifica en el 6º informe de Farmacovigilancia sobre las vacunas anticovid. Los acontecimientos más frecuentemente notificados eran los trastornos generales (fiebre y dolor en la zona de vacunación), del sistema nervioso (cefalea y mareos) y del sistema musculoesquelético (mialgia y artralgia).

Es importante recordar que todo depende también del umbral de resistencia de cada persona. José Antonio Forcada Segarra, presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANEV) y secretario de la Asociación Española de Vacunología (AEV) explica que hay personas que con 38 de fiebre no se pueden levantar de la cama y otra que con 39 se encuentran bien. Dada la novedad de estos sueros, todos estamos más pendientes de los efectos adversos y es posible que haya un cierto efecto nocebo. Es decir, te encuentras mal no porque estés mal sino porque estás sugestionado.