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Bebidas

Cerveza: ¿Es tan buena como la pintan?

La reducida presencia de elementos como fibra y sales minerales no puede entenderse sin asumir los peligros del consumo de alcohol, subraya un nutricionista

Cerveza: ¿Es tan buena como la pintan?

Con la inminente llegada del verano y el calor, se incrementa el consumo de cerveza, una de las bebidas más populares en todo el mundo. Sin embargo, sus cualidades beneficiosas, como la presencia de determinadas sales minerales y de antioxidantes como los polifenoles, no pueden valorarse por sí mismas sin atender al hecho inseparable de que, en la gran mayoría de casos, se trata de una bebida alcohólica y por tanto es también perjudicial para el organismo, algo que debe tenerse en cuenta a la hora de analizar sus características.

"No se puede considerar a la cerveza como una fuente de nutrientes, ya que se encuentran muy diluidos en el agua", explica Antonio Murillo, profesor de Nutrición de la Universidad de Almería

"La cerveza tiene el inconveniente de contener alcohol. Si lo evitásemos, estaríamos ante un producto nutritivo y enormemente hidratante. Pero desde el punto de vista de la salud, nunca podemos decir que un producto alcohólico sea recomendable", explica Antonio Murillo, profesor de Nutrición de la Universidad de Almería y del Centro Universitario Internacional de Madrid. Murillo, al igual que otros expertos, indica que se ha referenciado la presencia de fibra, sales minerales, vitamina B y, como en el caso del vino, los polifenoles, un antioxidante que, explica, ayuda a frenar problemas de degeneración del organismo, gracias "en parte a la presencia de la cebada pero también al lúpulo, la planta que da el sabor a la cerveza, pero eso también lo tiene la cerveza sin alcohol", una opción que Murillo considera como una alternativa para aquellas personas a las que les guste la cerveza.

Todos estos elementos componen la masa nutritiva de la cerveza aunque, matiza Murillo, "evidentemente no se la puede considerar como una fuente nutricional, ya que esos nutrientes se encuentran muy diluidos por el alto contenido en agua" y para conseguir una cantidad interesante de dichos elementos se necesitaría un consumo "muy alto" de cerveza, algo totalmente desacreditado, puesto que "contiene alcohol, que es una sustancia tóxica".

Mezcla de granos de cebada en el proceso de elaboración de la cerveza. Shutterstock

En los últimos años, se han publicado diversos estudios científicos que, con financiación de la industria cervecera, resaltan estos beneficios -siempre, por supuesto, relacionándolos con un consumo moderado-, lo que tratándose de una bebida con alcohol parece abrir la puerta, según distintas voces, a una cierta relativización de su ingesta. "Si decimos que la cerveza se puede consumir de manera moderada, estamos facilitando el consumo a quien verdaderamente quiere abusar de ello", subraya Murillo, también director científico-técnico de la organización Nutrisanum.

El consumo de alcohol es un hábito tan extendido en todo el mundo que diversos organismos sanitarios han establecido parámetros de lo que se considera una ingesta "aceptable". Entre esos agentes está la propia OMS, que estimó una cantidad diaria de alcohol de 30 gramos para el hombre y 20 para la mujer. Una lata de cerveza de 33 centilitros cuyo baremo alcohólico ordinario oscile entre los 4 y los 5 grados supone un consumo aproximado de 12 grados de alcohol.

La United European Gastroenterology recordó hace dos años que el consumo moderado también incrementa el riesgo de cáncer en el aparato digestivo

Pero esas pautas no pueden entenderse como un 'permiso autoconcedido' ni mucho menos como una recomendación, subrayan diferentes organismos médicos. Así, la United European Gastroenterology (UEG), una organización que agrupa a las principales sociedades de medicina especializadas en el aparato digestivo, recordó hace dos años que el consumo diario de una bebida de alcohol, sin importar el tipo, aumenta el riesgo de padecer cáncer de esófago, en tanto que la ingesta de una a cuatro ingestas alcohólicas, sean cuales sean, incrementan también las probabilidades de sufrir tumores colorrectales. Además, según ese estudio de la UEG, los denominados 'bebedores pesados', aquellos que toman más de cuatro bebidas con alcohol al día, tienen más posibilidades de desarrollar cáncer hepático, gástrico o de páncreas.

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