Hace un mes, seis ratoncillos, cuatro machos y dos hembras de escasos 20 gramos de peso, copaban cientos de titulares de prensa dentro y fuera de nuestras fronteras. No eran simples roedores. Eran pacientes únicos y la puerta a la cura de una de las enfermedades con peor pronóstico: el cáncer de páncreas.

Un equipo de investigadores, capitaneado por el bioquímico de referencia mundial Mariano Barbacid, jefe del Grupo AXA-CNIO de oncología experimental del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, había logrado que estos protagonistas de cuatro patas se curasen de un mal cuya tasa de supervivencia es escasa: en España no supera el 5% de los enfermos a los 5 años, según datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

Para curar a estos pequeños ratones se utilizó un complejo proceso de modificación genética que, aunque no es aplicable en humanos de momento, sí abre la vía al desarrollo de terapias efectivas contra ente tipo de tumores.

Para Marta Puyol, Directora de Investigación en la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), "estamos ante un momento de cambio de paradigma en el tratamiento del cáncer, nuevos abordajes y opciones terapéuticas están irrumpiendo en las guías de práctica clínica para el tratamiento de distintos tumores y el cáncer de páncreas no es ajeno".

¿Cuáles son las expectativas de vida de una persona con un diagnóstico de cáncer de páncreas?

El cáncer de páncreas es desgraciadamente uno de los tumores más letales, de hecho, aunque representa el 2,2% de todos los nuevos casos de cáncer diagnosticados en España al año, es ya la tercera causa de muerte, solo por detrás del cáncer de pulmón y de colon, superando a la mortalidad del cáncer de mama. Menos del 10% de los pacientes de cáncer de páncreas sobreviven más de 5 años. Estas cifras son las que nos impulsan a seguir trabajando.

¿En qué consiste el proyecto en el que ha colaborado Mariano Barbacid con la AECC?

Está basado la identificación de un nuevo tratamiento dirigido a las células tumorales que permite bloquear las vías responsables de la actividad tumoral y así conseguir matar a las células del cáncer de forma efectiva y con baja toxicidad, sin afectar a la viabilidad de las células sanas. Estos resultados han sido observados y caracterizados en ratones y ahora comenzarán los estudios para poder comprobar si se puede obtener el mismo efecto en los pacientes.

¿Cuánto tiempo pasará hasta que los ensayos con ratones se puedan llevar a humanos?

El estudio se encuentra ahora mismo en la fase del desarrollo de un fármaco que sea capaz de recapitular el mismo efecto observado en los ratones. Pero no partimos desde cero, sino que todo el conocimiento que tenemos sobre las moléculas que hay que inhibir para frenar la enfermedad. Esto va a permitir al equipo científico acelerar la obtención de resultados. Sin embargo, y aunque estamos ante un resultado logro científico muy relevante para este tipo de cáncer, estamos hablando de entre 5 y 10 años antes de que los pacientes puedan comenzar a beneficiarse.

¿Por qué el cáncer de páncreas conlleva tanta mortalidad?

Primero de todo porque en las fases más tempranas del cáncer de páncreas esta enfermedad es asintomática, no muestra ningún síntoma para los pacientes y normalmente es detectada cuando los pacientes se aquejan de un dolor abdominal y ya el tumor se ha expandido. Además, es un cáncer para el que no existe actualmente ningún método de cribado o detección precoz que permita revelarlo en esas etapas más iniciales. Y además, está localizado entre vasos sanguíneos y el intestino, haciendo compleja la cirugía para los pocos pacientes que pueden beneficiarse de ella, pudiendo solo realizar una cirugía para eliminar el tumor en el 10% de los casos.

¿Cuál sería el siguiente paso tras estos primeros resultados?

Estos prometedores resultados han de ser extrapolados del ratón al humano y para ello es necesario el desarrollo de un fármaco capaz de eliminar selectivamente a EGFR y c-RAF, ambas moléculas responsables de dirigir la progresión tumoral. Gracias a una nueva química llamada Degron Chemistry, o química de degradación, se está trabajando en desarrollar un fármaco que permitiera la inhibición de EGFR y degradación de c-RAF resultados análogos en investigación clínica, a los experimentales obtenidos con la eliminación génica de EGFR y c-RAF.