Los diversos beneficios de la verdura para la salud son conocidos por todos. Aportan una gran cantidad de nutrientes, minerales, fibra y vitaminas, entre muchas otras cosas, que contribuyen a mejorar el funcionamiento de nuestro organismo. Que una dieta rica en verduras es esencial para llevar un estilo de vida saludable no es ningún secreto. Sin embargo, en numerosas ocasiones resulta complicado resistirse a las tentaciones.

A lo largo del día, son muchos los estímulos publicitarios a los que está expuesto nuestro cerebro y muchas veces lo que nos ofertan no suele ser la mejor opción para nuestro organismo. Por ello, el cerebro se encuentra en una constante lucha para elegir entre las comidas, para muchos, más apetecibles, o las más saludables. Por ello, en este artículo reunimos unos cuantos trucos para que tu cerebro luche contra la tentación con unas armas extra.

Añade verduras a tus platos favoritos

Una buena opción para comer verduras de una forma sencilla y sabrosa. Puedes agregar verduras a los platos que comes habitualmente y que son de tu gusto. Por ejemplo, si sueles cocinar lasaña de carne, puedes añadirle zanahoria o alguna rodaja de calabacín. Puedes espolvorear la pasta con brócoli o añadir calabaza picada a la salsa boloñesa. Hay multitud de fórmulas para que tus platos preferidos sean más saludables con verdura.

Pasa las verduras por la batidora

En ocasiones, lo que no agrada a las personas de la verdura es la textura o el tacto con el paladar. Para evitarlo, una buena idea puede ser pasarla por la batidora para comerla con cuchara. Es una manera sencilla de acostumbrarse al sabor de, por ejemplo la calabaza, y poco a poco añadirla en nuestra dieta. Al final, puede que nos habituemos al sabor y acabemos confeccionando nuevas formas de comer verduras.

La parrilla es una buena opción

Las verduras a la parrilla es una forma de comer verdura de una forma agradable si no son tus alimentos favoritos. Es una forma sencilla de disfrutar de los vegetales que no requiere mucha preparación. Si nos disponemos a asar carne, también podemos introducir alguna verdura para acompañarla.

Con queso, todo entra mejor

A pesar de que no hay que abusar de este truco, también podemos, en ocasiones, disfrutar de un plato de verduras con una crema de queso irresistible. El toque especial que aporta el queso disimula el sabor de la verdura y facilita a la gente que no le gustan los vegetales comer este alimento tan beneficioso para la salud.

Aprovecha a comer verdura en los restaurantes

Comer fuera de casa suele ser una afición con muchos adeptos en España. No tener que cocinar, ni preparar ni recoger la mesa y lavar todos los cubiertos es algo que ayuda a estar de buen humor. Por ello, podemos utilizar el buen estado de ánimo para pedir al camarero algún plato rico y saludable que contenga verduras. Será más fácil comer algo mejor elaborado de lo que podríamos hacer en nuestra cocina.

El nombre del plato siempre ayuda

A pesar de que parezca una cosa sin importancia, comemos con los cinco sentidos. Todo influye a la hora de degustar una comida, desde el sabor hasta el olor, pasando por la textura o el sonido. Entre todos ellos, podríamos incluir el nombre del plato. Y es que, no es lo mismo comer un plato de alcachofas, que un plato de alcachofas en flor con aceite de arbequina y un sutil jugo de limón. La presentación del plato y su nombre juegan un papel clave a la hora de encarar el plato.

Una pizza saludable

La pizza suele ser el plato estrella de muchos niños y no tan niños. Sin duda, se trata de una comida simple que gusta a gran parte de la población, lo que hace que sea un plato idóneo al cual añadirle verduras. Berenjena, pepino o brócoli, entre otras, pueden ir genial en nuestra pizza.

Las salsas son nuestras amigas

Las salsas y especias son grandes protagonistas de las cocinas. En un gran número de platos, lo mejor es la propia salsa. Por ello, para engañar a nuestro cerebro y comer más vegetales siempre podemos jugar con los sabores y añadirles alguna salsa de nuestro gusto para adaptar el sabor de la verdura a nuestro gusto. Un chorrito de vinagre balsámico o un jugo de miel y mostaza puede mejorar el sabor de muchos platos.