Tener sexo con la luz encendida o apagada es una cuestión que va más allá del simple clic de una lámpara. La autoestima, la confianza, la complicidad o los prejuicios juegan un papel muy importante.

En ocasiones, las luces apagadas invitan a un clima íntimo que puede propiciar una conexión más misteriosa y apasionante a la hora de tener sexo. Pero no siempre es así.

La luz proporciona una imagen nítida de la pareja que favorece la excitación y ayuda a la estimulación sensorial de todo el cuerpo. Según la sexcoach Mar Márquez, hay que dejar de ver la luz como una enemiga para verla como "un elemento decorativo que nos ayuda a potenciar nuestras fortalezas físicas y a generar un clima estético".

Empezar con luces tenues

Se trata de buscar una iluminación con la que gustarnos y gustar. Las luces tenues, como las de una lámpara tapada o unas velas, pueden ser una buena herramienta para empezar a tener relaciones íntimas con más claridad. Éstas definen el contorno de las pieles, las miradas y los gestos y ocultan aquellas partes que aún no se quieren revelar.

Además, con la luz, las posturas sexuales juegan un papel más importante a la hora de seducir. Sentirse seguro, sexy y sensual ayudará a eliminar las barreras de la vergüenza o los complejos y disfrutar más de la experiencia sexual.

En este sentido, la ropa interior erótica, ciertos bailes, movimientos sensuales o la magia de los espejos pasan a intervenir de forma directa en la relación íntima de la pareja y en aumentar el clímax.

Uno de los principales motivos por los que se tiene sexo a oscuras es a causa de los complejos físicos. Según la psicóloga Debby Herbenick, autora de libro 'Sex Made Easy', es imprescindible olvidarse de los estereotipos. Constantemente vemos cuerpos perfectos en la televisión, cine, revistas... pero la realidad es otra. Hay que potenciar las cosas positivas que caracterizan a cada persona y resaltar esos atributos.

En definitiva, hay razones de peso por las que deberías tener sexo con la luz encendida

  1. Se disfrutan de todos los estímulos visuales: los cuerpos, los contornos, las miradas... que ayudan a aumentar la excitación.
  2. Se dejan de lado los complejos físicos: es imprescindible olvidarse de los estereotipos y potenciar las cualidades de cada uno.
  3. Elementos como la ropa interior, los espejos, los bailes... cobran protagonismo proporcionando una experiencia diferente a la que se vive al mantener relaciones sexuales con las luces apagadas.
  4. Da pie a probar nuevas posturas sexuales.
  5. Existe más feedback: observar los gestos de placer del compañero/a conlleva placer y ayuda a reforzar la autoestima al reconocer qué sensaciones le causa al amante.