Una dieta extrema causa cambios corporales a corto plazo que pueden tener consecuencias a largo plazo para la salud, según revela un nuevo estudio. Sus hallazgos se presentan este martes en la conferencia de la Sociedad Americana de Fisiología (APS, por sus siglas en inglés) sobre 'Enfermedades Cardiovasculares, Renales y Metabólicas: Implicaciones Sexuales Específicas para la Fisiología', que se celebra en Knoxville, Tennessee, Estados Unidos.

Las mujeres son más propensas que los hombres a seguir dietas de "choque" en las cuales el peso corporal disminuye de forma rápida y dramática, pero las cuales presentan riesgos a corto y largo plazo, con posible daño al corazón, los riñones y el sistema circulatorio. Los científicos examinaron ratas hembras con una reducción de calorías del 60 por ciento en su dieta, más o menos comparable a pasar de una dieta diaria de 2.000 calorías a una dieta de 800 calorías en los seres humanos.

En tres días, la dieta extremadamente baja en calorías redujo el peso corporal y provocó que el ciclo, similar a un ciclo menstrual, se detuviera temporalmente. La dieta también condujo a una disminución en una serie de funciones y factores metabólicos, que incluyen el peso corporal, el volumen sanguíneo, la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la función renal.

Volviendo a los patrones de alimentación típicos, se restauraron rápidamente el ciclo, el peso corporal, la presión arterial y la frecuencia cardiaca. Sin embargo, los animales tuvieron una mayor acumulación de grasa abdominal tres meses después de la finalización de la dieta en comparación con las ratas que no siguieron la dieta.

"Aún más preocupante fue el hallazgo de que la angiotensina II, una hormona en el cuerpo, era más potente para aumentar la presión sanguínea en las ratas que estaban en la dieta baja en calorías", apunta la primera autora del estudio, Aline de Souza, de la Universidad de Georgetown, en Washington, Estados Unidos.

Aunque los niveles de presión sanguínea de las ratas en la recuperación se mantuvieron normales, las respuestas de la presión arterial superiores a lo normal a la angiotensina II pueden elevar el riesgo de desarrollar presión arterial alta. Junto con el incremento de la grasa abdominal, estos cambios en la composición corporal pueden causar riesgos de salud a largo plazo para las personas que previamente han seguido una dieta de choque.