Existen dos causas que explican por qué algunas mujeres dicen no eyacular, tal y como asegura Francisco Cabello Santamaria, director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología. Por un lado, la eyaculación retrógrada, por la que parte del fluido que se emite va hacia la vejiga y por otro, que se eyacule una cantidad imperceptible, "todas las mujeres eyaculan pero en pequeñas cantidades". "Pensamos que cuando se eyacula mucho se debe a que por motivos congénitos, las glándulas son más grandes que las de la mayoría", asegura el sexólogo. Pero, las cantidades varían dependiendo las muestras de distintos autores, y van desde 50 mililitros hasta lo más habitual, que son unos 4 mililitros.

Por su parte, Norma Román Urtiz, psicoterapeuta y terapeuta sexual de la Fundación Sexpol, manifiesta que la imagen de la mujer eyaculadora transmitida desde el mundo de la pornografía en la que la cantidad de líquido eyaculado puede medirse en una taza es la menos frecuente.

La psicoterapeuta advierte que no hay un método específico para eyacular aunque "se ha estudiado que cuanto más se estimule la zona parauretral, es más probable que aparezca", y que habitualmente se logra a través de la estimulación de la zona del punto G, que se encuentra alrededor de tres centímetros en la parte anterior de la vagina.

¿Qué se conoce de este líquido?

Según Cabello, el líquido se acumula a medida que la mujer se excita y en el momento del orgasmo, la presión en la zona, sumada a las contracciones orgásmicas, produce la secreción.

La uretra femenina mide 3 cm aproximadamente y en ese espacio hay unas 30 glándulas. El fluido está en lo que "algunos autores denominan la próstata femenina", compuesta por las glándulas uretrales, parauretrales y el conducto de Skene.

En cuanto a las características, el doctor Cabello señala que este fluido es incoloro, inodoro y no mancha; no se le atribuye un sabor concreto de manera generalizada.

Al contrario de lo que se puede pensar, no es ni orina ni líquido lubricante. El especialista llevó a cabo una serie de investigaciones en las que se demostró que el fluido contiene antígeno prostático específico (PSA), que hasta ese momento solo se había encontrado en el hombre. Y aclara, al tener la misma composición que las glándulas prostáticas masculinas, las femeninas emiten el mismo PSA.

Otro de los componentes químicos a destacar es la fosfatasa ácida y añade, "inevitablemente comparte elementos de la orina", en cualquier relación sexual, tanto los fluidos del hombre como los de la mujer, se mezclan con los restos de orina que hay en la uretra.

No obsesionarse

La terapeuta sexual es contundente al afirmar que el placer sexual no lo da solo el orgasmo o la eyaculación. Y advierte, muchas veces la sociedad impone metas sexuales por las que algunas personas se obsesionan perdiéndose lo más importante: disfrutar.

Norma Román concluye que una persona puede aprender y autoexplorarse para crecer sexualmente, pero sin obsesionarse. "La madurez sexual muchas veces no está acompañada de las cosas que sabes o no hacer", sino de la capacidad para darse cuenta de las propias sensaciones y necesidades así como de las de la otra persona, concluye.