A veces es fácil entrar en un círculo vicioso de cansancio, problemas de sueño y ausencia sexual que nos lleva a un estado de irascibilidad importante.

El sexo y el sueño están más unidos de lo que pensamos, según una nueva investigación publicada en Science Daily: en ella se reporta que las mujeres mayores de 50 años que duermen menos de 7 horas gozan de menos sexo que las que duermen más.

Los hombres con apneas del sueño, que roncan y respiran con dificultad, tienen menos actividad sexual porque producen menos cantidades de testosterona. Además, la apnea aumenta el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares que pueden estar vinculados a la disfunción sexual, según un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine.

La conexión entre 'más sueño- más sexo' está reflejada, también, por otro estudio piloto llamado 'El impacto del sueño en la respuesta y el comportamiento sexual femenino' llevado a cabo por la Universidad de Michigan y realizado con estudiantes universitarios. La investigación concluyó que aquellos que dormían más horas tenían un mayor deseo sexual y un aumento de un 14% de posibilidades de estar excitado al día siguiente.

Según apunta el terapista de pareja y escritor Ian Kerner, la razón por la cual tenemos más ganas de sexo si hemos dormido más horas es porque el sueño es reparador, nos relaja, nos llena de energía... algo fundamental para sentirse sexy.

Nuestros hábitos diarios influyen en nuestra vida sexual

No sólo basta con dormir las horas suficientes para gozar de una mejor sexualidad. Unos buenos hábitos en nuestro día a día como comer bien, hacer ejercicio o rebajar los niveles de estrés incrementan nuestro deseo e interés por el sexo.

Si no hemos descansado bien ni hemos dormido lo suficiente nuestra irritabilidad aumenta, estamos exhaustos y la idea de una noche de sexo se presenta como una acción poco o nada atractiva.

Pero, irónicamente, si estamos en un periodo de sequía sexual también puede empeorar nuestra calidad de sueño ya que el sexo es un buen método para relajarnos y quedarnos dormidos. Tras el orgasmo, los cuerpos liberan oxitocina, conocida como la hormona del amor y la felicidad, ya que reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y nos ayuda a relajarnos y dormir mejor.

Así que es fácil entrar en un círculo vicioso si no se cuida nuestro reposo y nuestro deseo. Para lograr romperlo hay que seguir unas buenas pautas: por ejemplo, que tus condiciones a la hora de dormir sean favorables. Tener un buen colchón, luz tenue, colores suaves, orden en la habitación... son condiciones para llamar a Morfeo.

Evita utilizar tu móvil o tablet en la cama ya que eso puede alterar tu sueño, y por otra parte, también puede interferir en la intimidad con tu pareja. Si crees que puedes tener un desorden del sueño más serio, consulta con un especialista.

Y si quieres romper ese círculo vicioso de 'poco descanso - poco sexo' piensa que en ambas actividades hay un nexo en común que depende exclusivamente de cada persona, tal como sostiene el sexólogo Lawrence Siegel del Instituto Sage: dejarse ir, relajarse y dejarse llevar.