Un estudio sobre hábitos de compra y consumo elaborado por Fundación MAPFRE y la Universidad CEU San Pablo de Madrid señala que en la zona noroeste es donde más han variado los comportamientos de consumo debido a la crisis. Galicia, Asturias y León son las zonas donde actualmente se compran productos de menor precio, donde se consume menos carne, pescado y donde más porcentaje de los ciudadanos han acudido a programas de ayuda alimentaria en los dos últimos años.

Así lo refleja la segunda edición del informe Alimentación, Sociedad y Decisión Alimentaria en la España del siglo XXI, elaborado por Fundación MAPFRE y la Universidad CEU San Pablo de Madrid, con el objetivo de conocer el impacto que tienen los estilos de vida en los hábitos de compra y consumo de los españoles.

Del informe, fruto de 2.052 encuestas, se desprende que en los dos últimos años los hogares han incrementado el gasto en alimentación. El presupuesto que dedican hoy 7 de cada 10 españoles a hacer la compra se encuentra entre los 150 y 450 euros mensuales, lo que supone un ligero incremento con respecto a 2015. Dicha tendencia también se refleja en que actualmente las familias invierten más tiempo en realizar la compra y consumen productos frescos más frecuentemente. Casi 4 de cada 10 familias (38%) suele comprar verduras y frutas a diario o tres o cuatro veces por semana, cifra que pone de manifiesto que, por lo general, buscan alimentos más saludables (92,6%).

La mayoría también comprueba la fecha de caducidad de los bienes que compra, (86,4%), compara precios (82,4%) y elige el supermercado como el establecimiento que mejor responde a sus necesidades (del 36 al 50,7% en función del área geográfica).

Los españoles realizan mayoritariamente tres comidas diarias y que solo 2 de cada 10 (24%) realiza las cinco recomendadas. La mayoría de familias desayuna, come y cena en casa, tanto a diario como durante los fines de semana y principalmente, en compañía de la familia. Entre los menores de 30 años, sin embargo, existe un número creciente y preocupante de personas que comen y cenan viendo la televisión y utilizando las TIC.

En relación a la salud, el estudio destaca que el peso corporal es mejor entre las personas que realizan cinco comidas al día, desayunan a diario, dedican más tiempo a comer, se responsabilizan de la compra y de la preparación y leen el etiquetado nutricional. También hace hincapié en que las personas con obesidad se preocupan más por el precio de los alimentos y menos por la información nutricional que las que tienen normopeso, que relaciona peso y altura.

La sostenibilidad, término al que tres de cada cuatro encuestados da importancia, influye en que la mitad esté dispuesto a pagar más por alimentos producidos de forma sostenible. En este sentido, la mayor parte de los encuestados (66,9%) señala, además, que desperdicia menos del 10% de los alimentos que compra; un 20,3% nunca tira alimentos a la basura; y un 90,2% reutiliza las sobras como una de las estrategias más comunes para reducir el desperdicio alimentario. A la mayoría de también les proporciona mayor seguridad y confianza adquirir productos españoles frente a los extranjeros y elegir restaurantes locales frente a cadenas o franquicias.

Entre las estrategias de los españoles para reducir el gasto en alimentación destaca el incremento de consumo de marcas de distribución (53,3%) y productos de menor precio (45,8%), así como consumir menos carne y pescado (17,7%) y menos productos frescos (10,6%), saltarse una comida (7,7 %) y acudir a programas de ayuda alimentaria (4,6%). En este sentido, castellanos leoneses y manchegos, por ejemplo, se llevan comida preparada de casa y no salen a tomar el aperitivo con tanta frecuencia como antes y en sur, principalmente en Andalucía, también se han modificado algunos hábitos como tomarse una copa en casa o incluso saltarse alguna comida para reducir el gasto. Por el contrario, aquellos que residen en las zonas metropolitanas de Madrid y Barcelona son los que más comen fuera de casa todos los días (20,8%).