Todos alguna vez hemos sufrido un corte, raspón o arañazo. La mayoría de heridas en personas sanas se curan de forma rápida cuando se mantienen limpias y libres de infección sin embargo otros tipos de heridas son más graves y a menudo requieren de intervención médica.

Las decisiones alimentarias y el estado nutricional influyen en la curación de las heridas dado que las lesiones graves aumentan los requerimientos de energía, vitaminas, minerales y proteínas necesarios para promover la sanación. También, los nutrientes se pierden en el fluido que supuran las lesiones.

Los siguientes consejos de nutrición que la Academia Americana de Nutrición y Dietética publica en su web dirigida al público general pueden ser de ayuda para promover la curación de las heridas:

1. Dieta equilibrada

La prioridad número uno es comer las suficientes calorías a partir de una dieta equilibrada de alimentos nutritivos. Hay que planificar comidas y tentempiés equilibrados saludables que incluyen muchos alimentos de los grupos de alimentos principales como frutas, vegetales, lácteos y cereales.

2. Suficientes proteínas

Hay que incluir cantidades adecuadas de proteínas. El objetivo es de 20 a 30 gramos de proteína en cada comida y de 10 a 15 gramos en los tentempiés. Una ración de pollo cocinado, carne magra o pescado contiene unos 20 a 25 gramos de proteína. Un huevo, una cucharada de mantequilla de cacahuete y unos 25 gramos de queso contienen unos 6 o 7 gramos de proteína. Una taza de leche desnatada o un yogur contiene 8 gramos de proteína.

3. Hidratación

Es importante estar bien hidratado con agua y otras bebidas no azucaradas como té, café, zumo de fruta natural y leche, que contiene también proteínas.

4. Vitaminas y minerales

Algunas heridas pueden requerir una mayor dosis de ciertas vitaminas y minerales. Podría ser adecuado hablar con un dietista-nutricionista que realizara un plan de alimentación personalizado con las cantidades óptimas de calorías, proteínas, líquidos, vitaminas y minerales.