El sudor es algo necesario porque gracias a la sudoración nuestro cuerpo elimina toxinas y otras impurezas. Sin embargo, cuando el sudor es excesivo se convierte en un problema que puede afectar a la vida cotidiana y provocar inseguridad, baja autoestima, vergüenza e incluso depresión.

La llamada hiperhidrosis o exceso de sudor empieza a manifestarse en la infancia y adolescencia y afecta por igual a hombres y mujeres. Se estima que tiene una prevalencia del 2,8 de la población mundial. Los expertos sostienen que el hecho de que haya personas con más tendencia a sudar que otras tiene que ver con una causa genética.

La producción excesiva de sudor, que se agrava en verano, puede ser generalizada, cuando se origina por una situación determinada, como obesidad, un embarazo, ansiedad, consumo de alcohol o ciertas enfermedades, o bien localizada (manos, axilas€), que no depende de momentos puntuales.

El organismo envía la orden de sudar para mantener el cuerpo a una temperatura adecuada. Quienes sufren hiperhidrosis sudan hasta seis veces más de lo normal sin que hayan realizado ningún tipo de actividad física. El cuerpo de estas personas suda independientemente de la temperatura o el estado anímico. El exceso de transpiración se produce en las palmas de las manos, las plantas de los pies, la cara y las axilas, zonas donde hay un mayor número de glándulas sudoríparas.

Además de por causas genéticas, la hiperhidrosis puede generarse por una dieta inadecuada, consumo de medicamentos (antidepresivos, antihipertensores€), cambios hormonales, estados de ansiedad, enfermedades cardiacas, problemas de tiroides o cáncer.

Consejos

Aunque no ayudan a eliminar el problema, si se siguen todos los días permiten al menos sobrellevar esta incomoda patología:

1- Evitar el alcohol, café, té, tabaco y alimentos picantes.

2- En el trabajo, tratar de mantener un ambiente fresco y ventilado.

3- Usar prendas que sean frescas. Las fibras naturales pueden ser frescas pero absorben el sudor y permanecen húmedas, pero algunas fibras sintéticas menos frescas repelen el sudor y se mantienen secas.

4- Reducir el estrés, la tensión y la ansiedad.

5- Mantener una buena higiene corporal para evitar el mal olor.

6- Tener disponible ropa para mudarse durante el día.

7- Depilarse las axilas.

8- Si el olor del sudor es muy fuerte, utilizar en la ducha un jabón líquido con clorhexidina.

9- Usar calcetines y zapatos transpirables.

10- Ducharse más de una vez al día.

Remedios caseros

Existen también remedios caseros para combatir la sudoración excesiva. Por ejemplo, podemos elaborar un jugo con dos cucharadas de miel y dos de vinagre. Esta mezcla hay que tomarla tres veces al día con el estómago vacío, media hora antes o después de cada comida.

Para eliminar el olor que genera la sudoración, prueba a frotarte con vinagre blanco o de sidra de manzana en las zonas afectadas para que se sequen los poros. También puedes añadir vinagre o unas gotas de limón en el agua del baño.

El té de salvia es otro remedio natural que puede resultar eficaz. La salvia es una planta rica en vitamina B y magnesio que calma las glándulas sudoríparas. Toma dos tazas de este té al día, pero asegúrate de no hervir la salvia en exceso para evitar que libere toxinas no deseadas.

Los jugos de tomate y uva también combaten la hiperhidrosis, así como el suero de leche fría y frotar con trozos de patata las zonas afectadas.

También podemos probar con un desodorante natural. Los comerciales quitan el olor pero no evitan el sudor. En un recipiente, mezcla media taza de vinagre con aceite esencial de lavanda o de romero y ciérralo herméticamente. Agítalo y déjalo reposar en un lugar fresco y fuera de la luz directa del sol. Todos los días hay que agitar el recipiente durante unos 30 segundos y pasada una semana, ya se puede usar. Moja un algodón en este preparado y pásalo por las zonas donde se genera una mayor transpiración.