El denominado Fenómeno de Raynaud se produce por una disminución de la circulación sanguínea en las manos y los pies que también puede presentarse en labios, nariz y orejas. Supone cambios de color y dolor debido a la contracción de los pequeños vasos sanguíneos, lo que causa que no llegue sangre y así oxígeno suficiente a las zonas distales del cuerpo.

El fenómeno lo describió por primera vez un médico francés llamado Maurice Raynaud, del que tomó su nombre, en 1862. Es una respuesta exagerada a los cambios de temperatura pero también se puede presentar cuando una persona se enfrenta a un estrés intenso. Existe una forma primaria y una secundaria del fenómeno de Raynaud, en el primer caso no está asociado a ninguna enfermedad (idiopático) y en el segundo sí lo está.

Según explica a Infosalus la doctora María Rosa González Crespo, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER), la forma idiopática del fenómeno afecta sobre todo a mujeres jóvenes de entre 15 y 25 años y el secundario puede aparecer hacia los 40 años o más tarde. Su frecuencia es de entre el 3% y el 4% en la población general española en el caso del fenómeno primario y en el caso del secundario esta prevalencia depende de la de la enfermedad asociada y si presenta o no este síntoma.

"El fenómeno de Raynaud se puede presentar en varias ocasiones a lo largo del día en su forma idiopática, sobre todo en invierno, y en más ocasiones cuando la causa es secundaria", señala la especialista, reumatóloga en el Hospital Universitario 12 de Octubre de la Comunidad de Madrid.

El fenómeno puede aparecer a cualquier edad y permanece a lo largo de la vida aunque en ocasiones puede desaparecer con la menopausia o reducir el número de episodios y mejorar cuando se deja de fumar.

Aunque su causa es desconocida, en esa vasoconstricción exagerada pueden intervenir factores hereditarios y los hormonales también tienen un papel importante, dado que la forma primaria se puede iniciar en edad temprana entre las mujeres.

El fenómeno de Raynaud secundario se vincula a enfermedades autoinmunes que pueden afectar a cualquier órgano y sistema como en el caso del lupus sistémico eritematoso, la esclerodermia, la dermatomiositis, la enfermedad mixta del tejido conectivo o la artritis reumatoide.

Además, tienen un mayor riesgo de desarrollar fenómeno de Raynaud los profesionales que trabajan con martillo neumático o con herramientas de golpear discretamente como el piano o la guitarra e incluso puede ser un efecto secundario de la toma de algunos medicamentos.

DURACIÓN BREVE Y CAMBIO DE COLOR DE LA PIEL

Son episodios o ataques reversibles que no causan daños en los tejidos y que suelen durar entre 10 y 15 minutos aunque si su gravedad es elevada pueden durar horas. Lo característico es un cambio de coloración en la piel de los dedos en tres fases que deben ser consecutivas: los dedos se vuelven en un inicio blancos, toman después un color azul para, por último, ponerse rojos antes de volver a su coloración normal.

Los dedos se vuelven blancos al llegar poca sangre a la punta y la segunda falange, lo que produce dolor y entumecimiento; cuando están azules la sangre no circula bien y el rojo indica la reactivación de la circulación, lo que puede dar lugar a hinchazón y hormigueo. En los casos graves, asociados al fenómeno secundario, se pueden producir úlceras y llagas en los dedos e incluso cuando la gravedad es extrema gangrena.

Según apunta la doctora González, siempre que se presente el fenómeno de Raynaud hay que acudir al médico para realizar un estudio y dado que las enfermedades asociadas las tratan los reumatólogos, suelen ser estos especialistas los que realizan el diagnóstico.

"Además de la entrevista y el examen clínico, así como los análisis generales para descartar enfermedades autoinmunes, es posible evaluar la gravedad del fenómeno a través de una prueba que examina al microscopio las cutículas en busca de posibles alteraciones vasculares. Es una técnica sencilla que no conlleva molestias para el paciente", señala la reumatóloga.

PALIAR EL FRÍO PARA TRATAR EL RAYNAUD

No existe tratamiento curativo por lo que el paciente debe implicarse de forma muy activa en el tratamiento que supone evitar los cambios bruscos de temperatura y protegerse frente al frío. La doctora González señala a Infosalus las claves para ello:

Protección ante el frío, el principal desencadenante: abrigar toda la parte central del cuerpo con varias capas. Los pies deben protegerse con zapatos amplios, calientes y que permitan usar calcetines gruesos. Las manos: se deben emplear guantes cuando la mano aún conserva calor, amplios o incluso utilizar manoplas que permitan mover los dedos. Si se toca la guitarra o el piano se deben tener las manos calientes antes de comenzar a tocar.

En casa: tiene que estar a una temperatura agradable caliente y evitar el contacto directo con el frío ya sea utilizando agua templada para limpiar las verduras o fregar y guantes para manipular alimentos del congelador.

Cuidar la piel: debe estar bien hidratada en las zonas distales para evitar posibles rozaduras o griegas, emplear jabones suaves y al cortar las uñas hacerlo de forma recta para evitar heridas.

Técnicas de relajación: para controlar el estrés, dado que puede también ser un desencadenante.

No fumar, reducir la cafeína y controlar los fármacos: el tabaco desencadena vasoespasmos en todo el cuerpo y con ello mayor posibilidad de episodios.

Alerta ante posibles lesiones: si se producen úlceras o heridas hay que acudir al médico para que aplique un tratamiento específico para evitar una posible infección.

Aunque no existen fármacos específicos, cuando hay muchos episodios como sucede en invierno se prescriben medicamentos empleados para otras condiciones que ayudan a la vasodilatación periférica. El tratamiento quirúrgico se reserva para los casos más graves y consiste en cortar los nervios encargados del estrechamiento de los vasos sanguíneos.

¿QUÉ HACER ANTE UN EPISODIO DE RAYNAUD?

El fenómeno desaparece en 10 a 15 minutos y es mejor no utilizar agua pues se puede empeorar la tercera fase de enrojecimiento aunque, si se emplea, debe estar templada. La especialista aconseja:

Mantener la calma, dado que el estrés puede intensificar el episodio.

Poner más calor en el cuerpo si estamos en casa, con más abrigo o subiendo la calefacción, si estamos en el exterior hay que resguardarse en alguna instalación cubierta.

Mover los dedos: cuando estén blancos y dormidos hay que mover los dedos para que la sangre circule y mantener el cuerpo también en movimiento si es posible.