La piel de un fumador envejece diez años y medio más de lo normal cada década, según se desprende del documento '+Belleza desde la salud', elaborado por la Sociedad Española de Medicina Estética (Seme) para ayudar a los profesionales del sector en el abordaje del tabaquismo.

Según la autora del documento --editado en colaboración con Pfizer-- y especialista en el tratamiento del tabaquismo, Marta Banqué, fumar provoca la disminución de la circulación sanguínea en los tejidos, lo que influye negativamente en la elasticidad de la piel y provoca efectos negativos en su conservación.

Muestra de ello son las características propias que aparecen en la cara del fumador: "Arrugas marcadas, aspecto demacrado por la prominencia de los huesos y tonalidad grisácea de la piel", ha concretado Banqué, Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y Experta en cesación y tratamiento del tabaquismo.

Al dejar de fumar disminuye la acumulación de radicales libres y se logra revertir, "en parte", el daño provocado, por lo que la piel recupera su luminosidad, ha añadido, y ha revelado que la cuestión estética es una de las principales causas por las que los fumadores

El documento presta una especial atención al proceso de cesación del tabaco y propone distintos niveles de intervención por parte del profesional, y destaca la importancia de la labor de los especialistas en la consulta.

"Una conversación de entre 5 a 10 minutos basta para recoger los datos necesarios por parte del paciente para elegir el proceso a seguir" e incrementa considerablemente las posibilidades de éxito en el proceso de cesación, ha concluido Banqué.

Y es que, según datos de la SEME, la cuestión estética es una de las principales causas de cesación tabáquica. En concreto, motiva a 6 de cada 10 fumadores a dejar de fumar, siendo las consultas más frecuentes relacionadas con el tabaquismo la fragilidad capilar por pelo quebradizo y desnaturalizado, envejecimiento prematuro y dientes amarillentos. Pero dejar de fumar no es sencillo y solo entre el 3 y 5% de los fumadores que intentan dejar de fumar por sí solo, lo logra.

Por ello, "el documento pretende proporcionar a estos especialistas herramientas que les permitan identificar de forma sencilla al fumador, realizar una rápida valoración de su estado y determinar su nivel de dependencia, lo que se traduzca en la adopción del tratamiento más adecuado para cada tipo de paciente", destaca la doctora Banqué.