Dejar de fumar, ir al gimnasio, dormir más, aparcar los enfados, todas son actitudes saludables que suponen un cambio en ocasiones no fácil de conseguir. La nueva estación puede ser un buen momento para, junto a la puesta al día del armario, activar herramientas capaces de lograr objetivos personales más que saludables.

Según explican en la web de 'Mental Health America', una de las instituciones dedicadas a la salud mental de más prestigio en Estados Unidos, cuanto más se practica una nueva costumbre más fácil es seguir realizándola. Esto se debe a que la repetición, señalan los especialistas estadounidenses, en realidad consigue producir nuevos mecanismos de acción en el cerebro.

Para lograr los objetivos fijados, desde el sitio en Internet de la institución (http://programs.nmha.org) apuntan las estrategias que mostramos a continuación.

Fomentar la motivación

Todo el mundo pasa por momentos en los que la motivación flaquea, por eso es recomendable tomar nota de los siguientes consejos:

- Tener presente el por qué: hay que tener siempre en mente aquello que propició la puesta en marcha del cambio. Ya fuera por conseguir más concentración en el trabajo, reactivar la relación de pareja o conseguir no terminar extenuado en el gimnasio, es bueno mantener una lista con todo aquello ayude a tener presente la importancia de llevar a cabo el objetivo fijado y que resulte de inspiración cuando las fuerzas flaqueen.

- Cambiar de método: si se intenta utilizar un sistema durante un tiempo y no da buenos resultados es mejor probar otras opciones. Estas posibilidades alternativas también ayudan a evitar el aburrimiento. Si se pretende ayudar a otros, se puede cambiar la organización de voluntariado con la que se colabora o dentro de ella aportar la ayuda de otra forma.

- Buscar apoyos: según sea el objetivo a cumplir puede resultar apropiado unirse a un grupo de personas con objetivos similares. Así, si se desea realizar un nuevo deporte pueden existir asociaciones de barrio o locales que permitan realizar actividades en comunidad y coincidir con personas con inquietudes parecidas. Familiares y amigos también pueden convertirse en un importante apoyo y fomentar una actitud positiva ante los cambios.

- Felicitarse a uno mismo: el éxito alimenta al éxito, apuntan desde el sitio web especializado de Estados Unidos, por lo que hay que reconocer cada paso que se da. Las pequeñas recompensas algunas veces también pueden funcionar.

Resistir la tentación

De vez en cuando, se presentarán situaciones en las que será difícil mantenerse firme en el propósito fijado. Los consejos para estos momentos difíciles incluyen:

- Estar preparado: para ello, la planificación puede ser una baza a nuestro favor. Si seguir una dieta equilibrada es el objetivo, se pueden empaquetar aperitivos saludables para resistir ante la opciones calóricas y basadas en la comida rápida. Si se desean dormir más horas, una opción acertada es grabar el programa de televisión favorito de la noche y evitar así perder tiempo de sueño.

- Aprender a esperar: cuando el deseo es urgente, recordar qué pasará después o cómo nos sentiremos tras romper el hábito saludable puede ayudar. Estas sensaciones se desvanecen muy rápido y si el deseo se mantiene resulta útil distraerse con algo divertido.

- ¿Qué pasará si sucumbes?: es útil tener presente aquello que nos hará sentirnos mejor, mantener el objetivo o rendirnos y dejarlo pasar.

Asumir los contratiempos

Los especialistas apuntan que fallar no es algo grave sino que lo que realmente importa es cómo nos enfrentamos ante estas posibles recaídas o abandonos:

- No rendirse: cuando se falla en el intento no hay que asumir que todo se ha perdido. Dejar el propósito aparcado durante unos días o semanas no es razón suficiente para abandonar todo lo avanzado.

- Evitar el exceso de autocrítica: estas 'reprimendas' nos hacen sentir mal y no promueven el éxito personal. En vez de ello, es mejor imaginar aquello que diríamos a un amigo en una situación parecida.

- Reflexionar sobre lo ocurrido: es el primer paso para encontrar soluciones. El cansancio al final del día puede impedir que se realice la actividad deseada ¿por qué no cambiar de franja horaria? Si la falta de tiempo obstaculiza alcanzar un objetivo quizás sea posible emplear métodos que no requieran más tiempo del disponible de forma provisional.