Casi una cuarta parte de los adultos sufre o ha sufrido tensión alta (HTA).En la población de más de 64 años la prevalencia se dispara. Francis Fernández Vega es presidente de la Sociedad Asturiana de HTA y Riesgo Vascular, y vicepresidente de la Sociedad Española de HTA. Ésta es su opinión profesional:

¿A qué llamamos tensión alta? A tener una presión arterial sistólica (la llamada tensión máxima) igual o superior a 140 (milímetros de mercurio) o tener una presión diastólica (tensión mínima) igual o superior a 90. Son datos en consulta médica, que bajan a 135 y 85 si la tensión se toma en el domicilio.

Causas. Son múltiples, muchas de ellas no bien explicadas. Las más reconocidas son el condicionante genético y los hábitos de vida (exceso de consumo de sal, obesidad, sedentarismo).

Factores de riesgo. La HTA es un factor de riesgo cardiovascular, lo que significa tener una característica innata o adquirida que se asocia con una mayor probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular. La HTA es el principal factor de riesgo de enfermedad y de muerte. Lo habitual es que el hipertenso tenga asociados otros factores de riesgo como son obesidad, sedentarismo, colesterol elevado o diabetes.

Los porcentajes se disparan en la franja de edad de 45 a 64 años. La edad juega un papel fundamental. El envejecimiento de los vasos arteriales conduce a su endurecimiento y rigidez, lo que favorece la hipertensión. La HTA aumenta con la edad, y en población con edad superior a los 65 años el 70% son hipertensos.

Prevalencia entre sexos. Muy similar entre hombres y mujeres, hasta la quinta década de la vida, pero a partir de aquí la HTA se incrementa más en la mujer, fundamentalmente debido al bache estrogénico condicionado por la menopausia.

¿Hay un componente genético? Sin duda alguna. Una de las preguntas clave del médico al hacer la historia clínica es la referida a los antecedentes familiares de HTA.

Enfermedades asociadas. Como ya se ha dicho, la HTA es el principal factor condicionante de discapacidad y de muerte en los países desarrollados. Ser hipertenso implica estar en riesgo vascular, ya que la HTA no respeta ninguna zona de los vasos arteriales del organismo. Daña las arterias cerebrales y produce trombosis (ictus), daña las arterias del corazón y produce infartos de miocardio, lesiona las arterias renales y produce insuficiencia renal. De ahí la importancia de su control.

Consejos para mantener la tensión a raya. El mejor consejo es la prevención o, mejor dicho, con un concepto más novedoso referido a una fase previa a la prevención, promover la salud. Esto pasa por programas educacionales de hábitos de vida desde la infancia. Ahí es nada.

Consejos para el día a día. Comer soso (restricción de sal a 6 gramos por día). Moderación en el alcohol, con consumo de 2030 gramos al día (lo que supone como máximo entre dos y tres vasos de vino o dos cañas de cerveza o tres culinos de sidra). Es muy importante alcanzar y mantener el peso adecuado, aumentar el consumo de verduras, legumbres y frutas y reducir las grasas. En cuanto al ejercicio físico sería interesante mantenerlo entre 40 y 60 minutos por sesión, entre 5 y 7 días por semana. Y no fumar. En definitiva, consejos basados en el sentido común sin radicalismos, que suelen conducir al fracaso.