Los efectos de la gravedad, la exposición al sol y el estrés de la vida diaria se notan en nuestras caras cuando envejecemos. Se forman surcos profundos entre la nariz y la boca; las mejillas caen; aparecen alrededor del cuello grasa y arrugas.

Un lifting cervicofacial no puede detener este proceso; sin embargo, lo que sí puede hacer es parar el reloj, mejorando los signos más visibles del envejecimiento, tensando los músculos de la cara, eliminando el exceso de grasa y redistribuyendo la piel de la cara y el cuello, tal y como indican desde la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Reparadora, SECPRE, que ofrece información útil y una serie de recomendaciones a las personas interesadas en someterse a este tratamiento quirúrgico.

El lifting puede realizarse aislado o asociado con otros procedimientos como la blefaroplastia o la rinoplastia. El lifting frontal corrige la caída de las cejas y las arrugas de la frente y de las cejas.

Los perfectos candidatos

Los candidatos ideales para someterse a un lifting son aquellas mujeres u hombres cuya cara y cuello comienzan a "caerse", pero cuya piel conserva todavía cierta elasticidad. La mayoría de los pacientes tienen entre 40 y 60 años, pero también puede realizarse con éxito entre los 70 y 80 años. Un lifting puede hacer que la persona parezca más joven y que aumente la confianza en sí misma, "pero no le proporcionará un aspecto completamente distinto, ni puede restablecer su salud o vitalidad", advierten desde la Secpre.

Antes de la cirugía

La buena comunicación entre paciente y cirujano plástico es esencial. En la primera consulta se evaluará la cara, incluyendo la piel y las estructuras óseas subyacentes y se discutirán las posibilidades quirúrgicas. El médico comprobará el estado de salud del paciente, incluyendo aquellos problemas que puedan complicar la cirugía, como la tensión arterial alta, los problemas de coagulación o de cicatrización.

El cirujano plástico proporcionará al paciente instrucciones específicas acerca de cómo prepararse para la cirugía, incluyendo normas sobre toma de alimentos y líquidos, tabaco o toma o supresión de medicamentos y vitaminas y lavado de la cara. Es importante dejar de fumar al menos una o dos semanas antes de la cirugía. Si lleva el pelo corto, puede querer dejárselo crecer antes de la cirugía para disimular mejor las cicatrices mientras éstas curan.

La operación

Las incisiones suelen colocarse en el pelo, delante de la oreja y detrás de ésta. El tejido de la cara y el cuello y la musculatura son separados para conseguir un estiramiento adecuado. El lifting se realiza siempre en quirófano, dentro de una clínica u hospital. Normalmente, se permanece en la clínica la noche tras la cirugía, dándose el alta al día siguiente. La intervención puede realizarse bajo anestesia local más sedación, o lo que es más frecuente, con anestesia general, dependiendo de la complejidad de la cirugía y de las preferencias del cirujano.

Un lifting cervicofacial suele durar varias horas, o más cuando se asocia a otras intervenciones. La colocación exacta de las incisiones y los pasos de la cirugía varía mucho según las estructuras de su cara y la técnica preferida por el cirujano plástico. Las incisiones comienzan generalmente a nivel de las sienes, disimuladas en el pelo, se extienden por una línea natural que pasa justo delante de las orejas y continúa detrás del lóbulo de las orejas hacia la parte posterior del cuero cabelludo.Si es preciso trabajar sobre el cuello, se puede hacer una pequeña incisión detrás de la barbilla.

Generalmente se separa la piel de la grasa y los músculos subyacentes. La grasa puede ser extirpada o liposuccionada alrededor del cuello y la barbilla para mejorar el contorno de la cara. Después se tensan los músculos subyacentes y , por último, la piel, extirpándose la que sobra. Tras la cirugía, se puede colocar, durante unos días, un pequeño tubo detrás de las orejas para drenar cualquier líquido que se pudiese acumular.

También se suele colocar un vendaje ligero. En el lifting frontal la incisión se coloca en la frente, disimulada detrás del pelo, o en determinados casos, en el límite entre el pelo y la frente. La piel de esta zona se separa de las estructuras subyacentes, resecando los músculos responsables de las arrugas y el exceso de piel.

Los resultados

En el postoperatorio se observará un grado variable de hinchazón de la cara y el cuello, equimosis o cardenales y sensación de tirantez y acorchamiento. Estas molestias son pasajeras y ceden espontáneamente o con analgésicos. La mayor parte de las cicatrices quedan ocultas en el cuero cabelludo por encima de la sien y hacia la nuca.

Solamente en una zona alrededor de la oreja y en las primeras semanas tras la cirugía, pueden notarse algo las cicatrices, que, por otra parte, pueden ocultarse fácilmente con el peinado. A los 5-6 días se comienza a quitar los puntos de sutura, proceso que se termina de realizar a los 8-10 días.

Habitualmente, en la tercera semana postoperatoria se puede realizar una vida prácticamente normal, incorporándose incluso a su tarea profesional. Las intervenciones de estiramiento facial no sólo logran un rejuvenecimiento notable sino que, además, la edad aparente sigue retrasada durante mucho tiempo en relación a la edad cronológica. Si con el paso de los años volviesen a aparecer arrugas y pliegues, la operación podría volver a realizarse.

Las posibles complicaciones de la ritidectomía son escasas y, en la mayoría de los casos, transitorias: hematomas, defectos de cicatrización, caída de cabello en la cicatriz del cuero cabelludo, alteración de la movilidad de la ceja o de los labios, etc. Sólo en raras ocasiones es necesario realizar pequeñas operaciones complementarias para tratar estas complicaciones en el período postoperatorio inmediato o tardío.