Pequeño pero de gran importancia para Seat; así es el Arona, el primer todocamino urbano de la marca española. Su llegada en 2017 permitió a Seat competir en el exitoso segmento SUV-B, donde casi todas las firmas contaban ya con, al menos, un representante. Y para plantar batalla en este mercado tras su tardía llegada estaban obligados a disponer de un coche ‘redond0’.

El Arona responde de modo sobresaliente a todas las necesidades de aquellos que recurren a este tipo de vehículos, y que en su mayoría buscan un coche ágil y sencillo de utilizar en la ciudad, pero a la vez lo suficiengemente amplio y fiable como para poder utilizarlo en las escapadas de fin de semana. Esta contradictoria y casi mágica versatilidad la logra gracias a la plataforma MQB A0, ya utilizada el nuevo Ibiza.

El Arona tiene una longitud de 4.138 mm, 1.780 mm de anchura y una altura de 1.552 mm, unas medidas tan compactas como perfectas para moverse con agilidad por la ciudad. Y si a ello le sumamos los 19 centímetros de altura que guarda la carrocería respecto al suelo se obtiene una mejor visibilidad y una mayor comodidad en la entrada y salida del habitáculo.

Pero lo mejor de todo es que sus ajustadas dimensiones no entran en coflicto con la amplitud interior, ya que este su habitáculo es sorprendentemente grande. Tiene una anchura de 143 cm en las plazas delanteras y 140 cm en las traseras, y una altura libre al techo de 106 cm delante y 99 cm detrás, además de un maletero de 400 litros de capacidad. Todas estas cifras llevadas a la práctica suponen, como pudimos comprobar en la prueba, una dualidad perfecta en la agetreada vida en las ciudades. El Arona cabe en casi cualuqier hueco de aparcamiento y es ideal para sortear el tráfico por sus compactas dimensiones, pero además tiene espacio suficiente en su interior para albergar dos sillitas infantiles en las plazas traseras y la compra del mes en su espacioso maletero. Practicidad total para familias activas.

Sin complejos

Pero el Arona no sólo es un pequeño gran coche en cuanto a dimensiones, sino también en lo referido a prestaciones. Otros coches de apenas cuatro metros muestran limitaciones al sacarlos de la ciudad; pero este no es ni mucho menos el caso del SUV de Seat.

La unidad de pruebas la recogimos en Madrid, por lo que lo primero que afrontamos fueron los más de 350 km de vías rápidas que separan la capital de España de Valencia. En este trayecto no sólo no sufrimos esa sensación de inseguridad que se experimentan a bordo de otros coches de similares dimensiones cuando se circula a alta velocidad, sino más bien todo lo contrario, daba la sensación que estábamos a los mandos de un coche de un segmento superior. Por encima de todo nos sorprendió la gran sensación de aplomo y firmeza que transmite y que se debe principalmente al buen trabajo de las suspensiones para mantener estable la elevada carrocería, y a la firmeza y buena capacida de transmnisión de la dirección. Si a todo ello le sumamos un confort general que hace inexistente la fatiga pese a las horas de viaje y una tecnología de ayuda a la conducción e infoentretenimiento que falicita y ameniza el viaje, obtenemos un coche, no ideal puesto que no hablamos ni mucho menos de una gran berlina, pero sí muy adecuado para escapadas de fin de semana teniendo en cuenta sus limitaciones por tamaño.

Otro elemento que sin ser el ideal para grandes viajes también cumplió con creces, fue el motor que montaba esta unidad de pruebas. Hablamos del propulsor diésel 1.6 TDI de 95 cv, asociado en esta ocasión al cambio de marchas automático DSG de siete relaciones. Pese a no llegar al cenetenar de caballos, este motor mostraba unas buenas recuperaciones en vías rápidas gracias a los 250 Nm de par motor que desarolla. Como decíamos, lo deseable para cubrir la distancia que separa, por ejemplo, Madrid de Valencia hubiera sido un motor más potente, pero lo cierto es que para los límites legales que hoy día imperan éste motor es mucho más que suficiente y, además, nos permitió llegar a nuestro destino con un consumo de epenas 5 l/100 km recorridos.

Pero es en ciudad donde el motor muestra su mejor cara. Mueve con agilidad los más de 1.300 kilos que pesa el Arona y su compromiso entre prestaciones y consumo sigue siendo excepcional. Además, en este contexto es especialmente intersante el cambio de marchas automático DGS, ya que permite olvidarse del engorroso embrague en los atascos y su suavidad de trabajo hace que la conducción sea simpre fluida incluso en los peores entornos posibles. No os podemos hablar de cómo se comporta el motor ni el vehículo en tramos off-road porque no lo sometidos a este test durante la prueba, pero no importa ya que prácticamente nadie de los que compren este modelo, y menos en el acabado tope de gama que era nuestra unidad de pruebas, lo querrán como coche todoterreno.

Cargado a tope

Conscientes de que el equipamiento, y más concretamente la tecnología, es cada vez más un factor decisivo en la compra de los vehículos, Seat a dotado al Arona de un catálogo digno de coches de segmentos superiores. Además, nuestra unidad de pruebas disfrutaba del equipamiento tope de gama denominado Xcellence, y que a los ya de por sí cuantiosos y valosos elementos de los acabados Reference y Style, suma: control de crucero adaptativo, sensor de aparcamiento delantero y trasero con asistente de aparcamiento automático (Park Assist), sensor de lluvia y luces, función Coming & Leaving Home, retrovisor interior electrocromático, cámara de visión trasera, Full Link, Radio Media System Plus (con pantalla táctil a color de 20,3 cm (8’’), USB, radio con CD, Aux-In, SD Slot, 6 altavoces y Bluetooth), carrocería bicolor, climatizador automático bizona, retrovisores exteriores calefactados, ajustables y plegables eléctricamente, del mismo color del techo, sistema de apertura y arranque sin llave Kessy, asiento del conductor y pasajero regulables en altura, espacio de almacenamiento bajo los asientos delanteros, reposabrazos central delantero, bolsas en parte trasera de los asientos delanteros, barras de techo cromadas, marcos de las ventanas cromados con logo Crossover cromado y techo interior en negro.

Con todo este equipamiento y con todo lo argumentado anteriormente, ¿qué más se puede pedir para un coche de estas características...?