El Audi A8 pertenece a esa nueva oleada de vehículos, en los que a los periodistas más que un dossier de prensa nos deberían de entregar un manual de instrucciones para poder entender toda la tecnología de la que disfrutan. Son tantos y tan complejos los sistemas que integra el buque insignia de Audi que resultó prácticamente imposible abordarlos durante la presentación del modelo. Algo que sinceramente tampoco nos sorprendió en un coche que llega bajo el lema de “A la vanguardia de la técnica”.

Empecemos por lo básico. El nuevo A8 mide 5,17 metros de longitud y 5,30 en el caso del modelo con carrocería larga A8 L, que cuenta con con 13 cm más de batalla. También crece en anchura hasta los 1,95 metros y en altura con 1,47 m (1,49 m en el caso del A8 L).

El A8 ofrece en su lanzamiento dos motores V6 turbo completamente rediseñados: el 3.0 diésel 50 TDI y el 3.0 de gasolina 55 TFSI. El TDI genera una potencia máxima de 286 cv, y el TFSI 340 cv, y ambos funcionan de forma conjunta con el cambio automático tiptronic de ocho velocidades. En otoño llegará el A8 L W12 con un motor gasolina de 12 cilindros y 585 cv, junto con la versión híbrida enchufable A8 L e-tron de 449 cv. Ya en 2019 se comercializarán dos motores con ocho cilindros y 4 litros de cubicaje: uno diésel de 435 cv y un gasolina de 460 cv.

Pero tratándose del modelo más avanzado de Audi los motores disponibles no podían estar exentos de vanguardista tecnología. Los propulsores están dotados del sistema mild-hybrid de hibridación ligera (MHEV). De este modo puede circular en modo de marcha por inercia con el motor apagado a velocidades entre 55 y 160 km/h. Tan pronto como el conductor pisa de nuevo el acelerador, el BAS permite un arranque extremadamente rápido y suave. El nuevo sistema de 48 voltios, que en el A8 funciona por primera vez como sistema eléctrico principal del vehículo, permite un alto nivel de recuperación de energía de hasta 12 kW, además de hacer posible que el sistema start/stop entre en acción desde una velocidad de 22 km/h. El efecto combinado de estas dos medidas reduce el consumo de combustible hasta en 0,7 l/100 km en condiciones de uso real.

en el salón de casa

Aunque suena a frase hecha, el habitáculo del A8 es un auténtico salón de casa. El interior crece nada menos que 32 mm en ambas versiones, lo que asegura un espacio extraordinario, especialmente en la plaza por excelencia: la trasera derecha. En este asiento “relax” (opcionalmente) se goza de muchas opciones de ajuste y un reposapiés especial en el respaldo del asiento del acompañante delantero para encontrar la postura más ergonómica y confortable. Una vez acomodados se puede disfrutar de un agradable masaje en un asiento totalmente climatizado, mientras otro sistema masajea tus pies. Y todo ello mientras se maneja el Audi Rear Seat Entertainment con dos Audi tablet y sistema de control remoto Rear Seat Remote. También existe un unidad de control táctil para manejar distintas funciones relacionadas con el sistema de infotainment, así como para realizar llamadas de teléfono privadas. Lo que más nos gustó de este dispositivo es que además de integrar todos los sistemas nativos de Audi es una potente tablet Andriod, con todas las ventajas y fucniones que ello supone para el usuario. El Rear Seat Remote, situado en el reposabrazos central trasero, cuenta con pantalla OLED, es extraíble y tiene aproximadamente el tamaño de un smartphone.

¡Más pantallas!

No sólo las plazas traseras cuentan con un entorno digitalizado, sino que esta característica es más acentuada si cabe en las plazas delanteras, donde la presencia de botones se ha reducido a la mínima expresión, en favor de pantallas ápticas sencillamente extraordinarias. El centro del salpicadero está presidido por una gran pantalla táctil de 25,7 cm (10,1 pulgadas), que cuando está apagada se integra en el diseño para hacerse casi invisible. Cuando se inicia el sistema, la estructura de los menús resulta muy intuitiva, como en un moderno smartphone. El conductor controla el sistema de infotainment en la gran pantalla. Una segunda pantalla táctil situada en la parte central inferior se utiliza para el manejo del sistema de climatización, además de integrar otras funciones como la introducción de textos a través del sistema de reconocimiento de escritura manual.

Algo que nos llamó la atención es que cuando se acciona la pantalla se recibe recibe un clic a modo de confirmación. Este pulso se crea mediante un electroimán que mueve la pantalla montada sobre resortes. Como decíamos, son tantos y tan modernos los sistemas que se ofrecen en estas más pantallas, junto al imponente Audi virtual cockpit -un tablero de instrumentos totalmente digitalizado-, que necesitaríamos varias jornadas de estudio para sacarle todo el jugo a los infinitos sistemas tecnológicos del Audi A8.

Con la miel en los labios

De la presentación del A8 nos fuimos con un sabor agridulce, ya que si bien conocimos un coche extraordinario, nos quedó por probar los que quizá son los dos sistemas más destacados de esta berlina: la conducción autónoma de nivel 3 y la suspensión electromecánica activa.

La conducción automatizada que ha instalado Audi en el A8 es tan avanzada, que ni si quiera es legal todavía. Este es el primer vehículo de producción del mundo que ha sido desarrollado para una conducción automatizada nivel 3. En autopistas y autovías de varios carriles con una barrera física de separación entre las dos direcciones del tráfico, el Audi AI traffic jam pilot se encarga de la conducción en situaciones de tráfico denso y a velocidades de hasta 60 km/h. El sistema puede iniciar la marcha desde parado, acelerar, controlar la dirección y los frenos, para mantener el vehículo en su carril. Si el conductor activa el asistente pulsando el botón AI situado en la consola central -que nosotros teníamos tapado para evitar tentaciones-, puede levantar el pie del acelerador y retirar las manos del volante. A diferencia de la conducción automatizada de nivel 2, ya no necesita monitorizar el vehículo constantemente, y puede centrarse en otras actividades proporcionadas por las funciones del sistema de infotainment de a bordo, dependiendo de la situación legal en el país respectivo. El conductor debe permanecer alerta y ser capaz de asumir la conducción de nuevo cuando el sistema lo solicite.

Los más de 40 sistemas de radar, cámaras, sensores y el inédito escáner láser permitirán además -a partir de la segunda mitad de 2018-, la introducción de las tecnologías AI remote parking pilot y AI remote garage pilot. Éstas permiten realizar las maniobras de aparcamiento de forma extremadamente sencilla conduciendo de forma autónoma el A8 en espacios de estacionamiento en línea o en batería, así como en garajes o realizando la maniobra de salida de la plaza de aparcamiento. El conductor vigila las maniobras, pero no es necesario que permanezca en el interior del vehículo: ambos sistemas se pueden iniciar desde un smartphone a través de la aplicación myAudi.

En esta toma de contacto tampoco pudimos probar el -pero sí en la presentación internacional del modelo realizada en Valencia- el Audi AI active suspension, es un sistema de suspensión electromecánico completamente activo. Utiliza actuadores eléctricos para elevar o bajar cada rueda de forma individual en función de las preferencias del conductor y de las condiciones de marcha, proporcionando así un control óptimo de la carrocería. El margen de funcionamiento abarca desde el suave confort de suspensión característico de una berlina de lujo, hasta el dinamismo de un deportivo.