El Audi A3 Cabrio, y más con el paquete SLine, como era nuestro modelo de pruebas, es un coche para lucir y disfrutar. Con la capota puesta son pocos los que se resisten a girar el cuello cuando éste pasa a su lado, pero cuando se retira el techo se transforma en un auténtico imán de miradas, gracias a su bellas formas e insuperables proporciones. Es de esos vehículos que cada vez que bajas al garaje te sientes orgulloso de tener y mostrar a los demás. Pero si además todo esto se remata con un comportamiento tan dinámico como el que ofrece la versión 2.0 TFSI de 190 cv con tracción integral quattro y cambio automático S tronic, este descapotable se convierte en uno de los mejores caprichos que se puede permitir cualquier amante de los automoción.

Elegante y deportivo

En pocos descapotables hemos visto un mejor equilibrio estético entre deportividad y elegancia como en el Audi A3 Cabrio. La sofisticación le viene de serie gracias a unas formas tensas y rectilíneas que le otorgan una mayor sensación de anchura de lo que tiene en realidad. Y la deportividad que emana se ve en este caso acentuada por el paquete de acabado S Line, que entre otros muchos elementos incluye llantas de 18 pulgadas, remates aerodinámicos en el exterior y mayor número de extras destinados al confort en su interior.

El habitáculo cuenta con el inconfundible sello de Audi, que ya nos tiene acostumbrados a lucir en prácticamente todos sus modelos unos acabados extraordinarios, materiales de una calidad superior y y diseño tan atractivo como ergonómico. Por no hablar de un despliegue tecnológico que poco tiene que envidiar al de las grandes berlinas del mercado y que tiene su máximo exponente en un cuadro de instrumentos totalmente digital de nada menos que 12,3 pulgadas. Y todo ello en un diseño extremadamente minimalista basado en formas horizontales que, como en el exterior, ayudan a potenciar la sensación de amplitud.

Hablando de amplitud, el A3 Cabrio ofrece en su interior 4 cómodas plazas, en las que los pasajeros traseros no verán comprometido su confort, incluso cuando se recorren largas distancias. Esto es gracias a una inteligente optimización del espacio interior que ademá de lograr la ya citada habitabilidad, permite contar con un maletero de 285 litros contando con el hueco específico creado para la capota.

Ésta se pliega y despliega de forma totalmente automática en unos 18 segundos y a velocidades de hasta 50 km/h. Sin ella, e incluso a 120 km/h se puede mantener una conversación en el habitáculo sin elevar excesivamente la voz, lo que habla del buen trabajo aerodinámico realizado por la marca alemana. No es tan brillante el aislamiento con la capota echada, ya que echamos en falta algo más de estanquidad en el interior a nivel sonoro.

Conducir sin barreras

Como decíamos, se puede ir muy rápido sin la capota, lo que invita a exprimir al máximo las prestaciones de este coche a cielo abierto. Si gozar de la potencia del motor 2.0 TFSI en el en A3 ´normal´ya es placentero por su excepcional comportamiento , hacerlo además sintiendo el viento, gozando del sonido del motor y disfrutando del sol, resulta una experiencia extraordinaria.

Ya queda poco que decir de un motor tan testado y admirado como el gasolina de 190 cv de la marca de los cuatro aros. Tiene una entrega de potencia intachable que varía en función de los distintos modos de conducción. En modo normal tiene una sorprendente eficiencia, mientras que cuando se selecciona la opción sport más dinámica, eleva su capacidad de respuesta para exprimir al máximo las aptitudes de un chasis sencillamente brillante.

Tampoco podemos de dejar de mencionar la rapidez y eficacia con la que actúa el cambio automático S tronic. Es de esas cajas que se avanzan a las demandas del propio conductor incluso en los ´pilotajes´ más exigentes, por lo que a no ser que tengas mucha destreza al volante, es mejor dejar que el sistema sea el que gestione los cambios de velocidades. Y si a todo esto le sumamos la capacidad de tracción y el aplomo en el paso por curva de la tracción integral inteligente Quattro, no es de extrañar que no viéramos la hora de finalizar la prueba por los puertos de montaña del Garbí.

Cuando pusimos fin a la diversión agradecimos de igual modo la otra cara que es capaz de ofrecer el A3 Cabrio. Esa en la que el confort se vuelve la principal prioridad. Es entonces cuando salen a relucir cualidades como su suavidad de rodadura, el silencio de un motor que se vuelve más progresivo, y unas suspensiones que filtran de manera más agradable las imperfecciones del firme.

Poco más se le puede pedir a un coche que, como decíamos, es el objeto de deseo de cualquier amante de las cuatro ruedas.