La ciudad de Detroit fue durante décadas sinónimo de automóviles bien hechos. Conocida como la "ciudad del motor", la industria automovilística norteamericana, venida a menos debido al empuje de los vehículos europeos y asiáticos, abandonó a su suerte una ciudad ahora deprimida y con problemas económicos. Pero dice el refrán que "el que tuvo, retuvo" y por ello el North American International Auto Show, es decir, el Salón del Automóvil de Detroit, es uno de los más importantes del mundo.

Prueba de ello es el nivel de las marcas que allí se dan cita -casi todas las del planeta- y el despliegue que realizan. En la edición de este año se han podido ver hasta 61 modelos nuevos, siendo muchos de ellos primicias mundiales.

Huelga decir que las marcas norteamericanas son las que ponen toda la carne en el asador para demostrar que no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero las marcas asiáticas, y especialmente las europeas, tienen claro que -salvo que Trump lo impida- el mercado norteamericano es uno de los más importantes del globo, y por ello Detroit es el mejor de los escaparates.

Novedades y tecnología

El NAIAS de Detroit, convertido casi en una prolongación de lo que ocurrió la semana anterior en el CES de Las Vegas -y del que ya informamos puntualmente en estas mismas páginas- se ha convertido en un evento en el que las novedades del motor van acompañadas de la última tecnología. Numerosos concept cars -prototipos- de futurista factura son mostrados para que los más de 5.000 periodistas acreditados provenientes de más de 60 países informen a todo el planeta de lo que está por llegar en el sector de la automoción.

Mientras tanto los anuncios de nuevas inversiones en EE UU por parte de las marcas tras la presión del nuevo presidente, Donald Trump, se siguen sucediendo. GM anunció que invertirá "mil millones de dólares adicionales" en sus fábricas. Por su parte, Hyundai aumentará sus inversiones en 3.100 millones en los próximos cinco años.