El coche que marcó un antes y un después en la historia moderna de Mercedes-Benz, el que le rejuveneció por dentro y por fuera, el que atrajo a clientes que jamás habrían pensado en comprar un modelo de la firma de la estrella... ese vehículo que supuso la gran revolución en la marca alemana, sigue más presente que nunca.

El Clase A no sólo sigue teniendo todos esos aspectos que le han convertido en un hito, sino que con el tiempo los ha potenciado y mejorado como pudimos comprobar en nuestra última prueba a bordo del compacto.

El diseño, uno de los aspectos clave de su éxito, es más atractivo que nunca. Es atlético a primera vista, con un atrevido faldón delantero, una estilizada silueta lateral y una contundente zaga, que incorpora opcionalmente pilotos traseros LED integrales.

La deportividad también está presente en un habitáculo en el que reina la elegancia y la sofisticación. El habitáculo presenta un nivel de acabado envidiable en todos sus detalles. Su diseño, además de aportarle un aspecto muy atractivo, permite que todas las funciones estén a pleno alcance del conductor, lo que optimiza una calidad ed vida a bordo ya de por sí excepcional en cualquiera de las amplias plazas de este vehículo.

Otro aspecto fundamental en el confort de los usuarios es la gran insonorización del habitáculo, además de los modernos sistemas de infoentretenimiento de los que se disfruta a bordo. Basta con una conexión vía USB para que la pantalla principal de 20,3 centímetros se convierta en una extensión del smartphone gracias al sistema Comand Online. De este modo se goza de la mayor oferta multimedia, en un entorno totalmente digitalizado y con un manejo sencillo e intuitivo para cualquier tipo de usuario.

Tuvimos la ocasión de probar el modelo 200 d con el motor diésel 2.2 de 136 cv. De este propulsor destacamos su increíble combinación de potencia y eficiencia, ya que su respuesta a cualquier régimen de vueltas es muy contundente, a la vez que registra un consumo medio de tan sólo 3,8 l/ 100 km. Aunque esta es evidentemente la cifra oficial, nuestros registros fueron también excelentes, pudiendo mantenerlos por debajo de los cinco litros sin preocuparnos por mantener una conducción excesivamente eficiente.

Uno de los grandes ´culpables´ de esta eficiencia y artífice de la agradable y confortable conducción que ofrece el Clase A, es el cambio automático de doble embrague 7G-DCT. Esta transmisión brinda cambios rápidos y suaves de relación sin interrupción de la fuerza de tracción. Si a esto le sumamos los cuatro programas Eco, Confort, Sport y Manual que forman parte de Dynamic Select, se obtiene un coche que es capaz de adecuar su conducción a los gustos, preferencias y necesidades del usuario en cada momento.