El Ford Ecosport ya conocíamos su excepcional comportamiento en ciudad. Ahora tocaba justificar su carrocería todoterreno, y para ello lo sometimos a las condiciones más extremas a través de una ruta en el levante español: lluvia, barro y hielo por los puertos de montaña de la comarca de Gúdar-Javalambre en la Comunidad Valenciana.

Partiendo desde Valencia, lo primero que nos sorprendió fue las prestaciones del motor tricilíndrico 1.0 EcoBoost de 140 cv en vías rápidas. Para tener tan sólo 999 cc y un cambio de marchas manual de cinco relaciones, ofrece un comportamiento más que correcto. El excelente escalonamiento de las marchas hace que no se eche mucho en falta una sexta velocidad, algo que suele suceder con los motores de baja cilindrada al ir muy revolucionados partir de 100 km/h. En este caso el buen aislamiento del ruido del motor en el habitáculo y el ya mencionado escalonamiento del cambio, hace que se circule sin la ansiedad de ir con un motor sobrerevolucionado. En cuanto a la estabilidad, sí se siente que se está llevando un coche pequeño -apenas 4 m- al echar en falta algo más de aplomo a altas velocidades, aunque nunca vimos comprometida la seguridad ni sentimos inseguridad al volante.

Tras abandonar la autopista tomamos los primeros puertos de montaña, donde una vez más nos vuelve a sorprender el buen rendimiento de galardonado motor Ecoboost. A plena carga de pasajeros y equipaje, ofreció un gran rendimiento pese a las inclinadas cuestas del ascenso. De hecho, no hizo falta jugar demasiado con el cambio de marcha ni en los tramos con mayor pendiente, ya que al margen de los generosos 140 cv, los 180 Nm de par motor máximo están disponibles en un amplio rango de revoluciones.

La ligereza que ayudaba al Ecosport en los ascensos, no jugaba tanto a su favor en los descensos, ya volvimos a sentir algo de falta de aplomo cuando tratamos de circular más rápido de lo aconsejable. Pero si pensamos en que estamos hablando de un coche de tan sólo 1.300 kilos, con una longitud corta y que está pensado para moverse por ciudad y no para realizar descensos al ritmo al que lo sometimos, lo cierto es que su comportamiento fue más que correcto. Mención aparte merece su capacidad de tracción, ya que no tuvo ningún problema para circular por los tramos de carretera nevada ni para cruzar según que zonas embarradas.

Con todo ello estamos hablando de un coche ideal para ciudad, con un comportamiento correcto en carretera y sorpendentemente eficaz en situaciones críticas. Sin duda un aconsejable ´multiusos’.